Por Miguel Moreno…Pregúntate qué puede hacer la naturaleza por ti. Disculpen que deforme la célebre retórica de John F. Kennedy, pero además de preguntarnos qué podemos hacer por nuestro país, vendría muy bien hoy preguntarnos qué puede hacer la naturaleza por nosotros. Hemos oído ya muchas cosas que podemos hacer por el medio ambiente, y vivimos inmersos en una eco-fashion en la que no falta cierta hipocresía. Tal vez hiciéramos algo más si empezáramos a interesarnos por lo que puede hacer la naturaleza por nosotros. La reducción de la naturaleza a un mero ornamento, a póster, a destino turístico, o a una frágil anciana asistida por políticos e instituciones con sensibilidad ecológica, está confundiéndonos. La naturaleza deviene en artificio, en salvapantallas de ordenador, en un elemento retórico de políticos, famosos y cumbres mundiales. Por eso hacemos muy poco por la naturaleza. Tal vez la cosa cambiaría si supiéramos qué puede hacer la naturaleza por nuestro equilibrio emocional y social: «Ask not what you can do for the planetary ecosystem; ask what nature can do for you.»
Me gustan los comentarios que abordan esta temática y me ha gustado mucho tu reflexión, Miguel. No añado nada, simplemente recuerdo una frase de Benedetti "Cambiemos conciencias para cambiar el mundo". El gran error es "querer cambiar el mundo". ¿Qué vamos a hacer?, ¿obras?, ¿nuevas fábricas?, ¿más paseos marítimos?, ¿otra cumbre mundial?, ¿un nuevo impuesto, quizá?. Lo que tenemos que cambiar es la mentalidad de las personas para que aprendan a interpretar correctamente el mensaje que nos lanza el planeta: "S.O.S.". Una vez que lo comprendan, deberemos pasar a la acción con eficacia.
ResponderEliminarDe todas formas, no nos crucemos de brazos. Aquellos que hace años que estamos convencidos y actuamos en consecuencia, debemos contribuír al cambio.
Está bien darle la vuelta a la famosa frase. Empezaremos a actuar en positivo cuando tomemos conciencia de que nos somos dueños del mundo y de la naturaleza sino que somos parte y que somos quienes la necesitamos realmente para nuestra salud física y mental y para nuestro equilibrio psicológico, y para nuestra realización plena como seres vivos y como entes pensantes y con emociones, es decir como personas.
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