En un parque de EEUU se han
instalado unos contenedores con un mecanismo que transforma los excrementos de
perro en energía eléctrica.
El funcionamiento es muy simple:
tiras las cacas en un contenedor donde son digeridas por bacterias y se produce
gas metano, que se almacena y se utiliza para encender una farola por la noche.
Biodigestores parecidos son usados en plantas industriales de transformación,
lo inusual es verlos a una escala tan pequeña.
Desarrollo sostenible, llevado al máximo exponente: no solo se mantiene limpio el lugar de paseo para los perros, evitando los malos olores y focos de contagio de infecciones así como el trabajo de recolección (barrenderos), sino que se obtiene algo útil de un desperdicio (energía eléctrica), y se evita que el metano afecte a la atmósfera al aprovecharlo ( un gas veintitrés veces más perjudicial que el dióxido de carbono en el efecto invernadero).
Tanque de recolección de excrementos |
*Además si vamos a consumir cada
vez menos petróleo, conviene que vayamos aprendiendo a combinar distintas
fuentes de energía, desde la solar a la eólica, ó también porqué no, la de las
cacas de perro.