21 de enero de 2013

Terapias ecuestres para combatir la adicción a internet




En varias ocasiones ya hemos hablado aquí de la expansión del fenómeno de los Hikikomoris (jóvenes que se refugian en el mundo virtual y acaban cayendo en una adicción tan peligrosa como una droga dura). Teníamos sospechas de que en nuestro país, incluso con un clima benigno que incita a la actividad al aire libre, este problema se estaba incrementando. Hoy los medios españoles lo confirman: somos el país de la Unión Europea con más adictos a Internet. Desde la Fundación queremos potenciar las terapias ecuestres y comprobamos que en este campo podrían hacer una excelente labor.


GRUPO DE YEGUAS EN LAS SALGUEIRAS. (a la izda la Cinta, yegua alfa de la manada)

La pandemia de los Hikikomoris nació en Japón y se implantó en Corea del Sur desde donde con cierta frecuencia nos llegan noticias terribles como la de una joven pareja que deja morir a su bebe de inanición por estar entretenidos jugando en Internet, o la muerte de jóvenes después de varias jornadas pegados a la pantalla. Desde el país asiático está causando furor, ya no el baile del caballo, sino la equitación terapéutica para resolver problemas de adicción a internet.

En este país, considerado como el más conectado del mundo y donde casi dos tercios de la población poseen un smartphone, la adicción a conectarse a la red de internet se ha convertido en un grave problema. Según cifra el Gobierno, 680.000 niños de edades comprendidas entre los 10 y los 19 años son adictos a navegar por la red de redes, lo que equivale a un 10% del grupo de edad.
Para hacer frente a esta situación, el Gobierno coreano introdujo la llamada Ley de Apagado el año pasado, que bloquea el uso de internet a los menores de 16 años, entre las 00.00 y las 6:00 horas.

Kim, una joven cuyos padres trataron de frenar su adicción con arte y musicoterapia, ha superado su adicción tras cuatro meses en el Centro de Curación de Equitación, una organización que utiliza la equitación para curar los trastornos emocionales y de conducta y al que la joven acudió por sugerencia de su escuela.
"Me preocupo por los caballos y en pensar en cómo podría montar mejor, lo que me ha hecho perder interés en los ordenadores y en Internet", comenta la adolescente.
Kim ha contado, además, con diferentes tipos de asesoramiento profesional en el centro pero la joven cree que los caballos han resultado de más ayuda y lo cierto es que parece haberse construido un vínculo entre la chica y los animales.

La Asociación Coreana de Equitación cuenta con dos centros de terapia. Alrededor de unas 50 personas al día participan en sus programas para tratar episodios de depresión, trastornos de déficit de atención e hiperactividad y, más recientemente, se ha unido la adicción a Internet. "El caballo es un animal que permite fácilmente que la gente haga conexiones emocionales con él", comenta Yoon Ga-Eun, uno de los instructores de equitación del centro.
La asociación tiene previsto haber construido para el año 2022 una treintena de centros más en toda Corea del Sur y poder satisfacer así la creciente demanda de su terapia.

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