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Jackie
Winston Jones fue al mercado a hacer la compra y acabó haciéndose cargo de
nueve caballos que mandaban al matadero.
(Fuente:
blog Antena3)
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La
historia de Jackie personifica el amor a los animales llevado al extremo. Estos
días nos invaden noticias que revelan
hechos que amenazan la seguridad alimentaria por la aparición de carne de
caballo tratados con grandes cantidades de antibióticos y antiinflamatorios. La
razón de todo ello son las matanzas masivas de caballos debido a la crisis.
Acosados por facturas de primera necesidad muchos propietarios se han visto
obligados a deshacerse de sus animales. Es triste ver hermosos animales domados
con esmero durante años, acabar colgando
del gancho de un carnicero.
Jackie,
se negó a aceptarlo y se puso manos a la obra. Habilitó parte de su casa para
alojar a unos animales desahuciados.
En
As Salgueiras conviven caballos y burros vigorosos con animales ya jubilados
que como única misión tienen hacer de desbrozadoras de la pradera, deleitarnos con su ternura y
dejar que los colmemos de caricias y mimos.
Uno
de ellos es la anciana burrita Rosita que por no soportar el ritmo de la manada
de caballos, se ha acoplado a las vacas, por las que se deja lamer durante
horas.
Nos parece heroico y admirable el esfuerzo de Jackie
que ha convertido su salón en cuadra y la lujosa chimenea francesa en pesebre.
Sin embargo, se nos antoja que Rosita, Paquita, Micaela, Platero, Fiuncho, entre otros habitantes equinos de As
Salgueiras, no cambiarían las verdes praderas de As Salgueiras por tan lujoso
alojamiento como ha proporcionado la buena de Jackie a sus nueve caballos
rescatados.
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