Los orígenes del teatro

Rituales incas

El ser humano ha desarrollado el lenguaje y la comunicación para sobrevivir con mayor eficacia y por la necesidad de realizarse en grupos sociales en los que  poder transmitir y acumular el conocimiento de generación en generación.

En este afán comunicador y de aprendizaje los humanos hemos imitado la naturaleza y la vida cotidiana y hemos expresado también los sentimientos más espirituales.

Es sabido que los padres realizan a sus pequeños expresiones exageradas y que a su vez el niño imita todo lo que ve.

De esta naturaleza humana surge una de las artes más importantes. Los orígenes del teatro ya los encontramos en los rituales más ancestrales dedicados a la caza, a la recolección o al culto, a menudo acompañadas con música y danza. Se empezaban también a aplicar vestuarios especiales como máscaras, pieles y adornos de todo tipo para caracterizar el personaje o animal a imitar.

Coro clasico en "Poderosa Afrodita" de Woody Allen

Las primeras representaciones se realizaban en una mesa junto al altar en las que sólo un actor dialogaba con un coro que al unísono le daba la réplica. La mesa pronto se convirtió en una plataforma y aparecen espacios para el maquillaje de los actores y las primeras gradas o asientos de madera para el público. Como el público aumentaba, se empezaron a realizar las gradas en piedra. Vitrubio describe en sus escritos las partes del teatro: el muditorio, la orchestra y la barraca o scena. Los griegos aprovecharían la pendiente del terreno y los fondos naturales mientras que los romanos alzarían sus gradas en altura y crearían un fondo de escena arquitectónico.

Al principio el propio autor era el único actor, pero el número de actores en escena se fue incrementando al mismo tiempo que el coro iría perdiendo en importancia.

Todos estos esfuerzos no surgen de la mera necesidad de alimento sino de la necesidad de comunicar y expresar innata al ser humano como colectivo social y por supuesto también por su necesidad de trascender.