En
Galicia cada piedra tiene un nombre y se pueden encontrar infinidad de
historias al respecto. En determinadas zonas las piedras surgen de tal manera
que se convierten en el propio paisaje. En
As Salgueiras contamos con piedras como esas, que están ahí desde tiempos
inmemoriales y que se convierten en lugares especiales donde permanecer. Por
ejemplo, una que encanta a los niños forma un paso ideal para esconderse y
es frecuentemente visitada por su singularidad. Su presencia en el entorno es contundente y los árboles que la rodean configuran una sombra perfecta.
En la
población de Ézaro nos encontramos también con una ballena en el medio de la
arena, cuando sube la marea, ésta se va cubriendo y parece que está flotando.
Alguien pintó hace años un ojo y una boca sonriente a la piedra. Además
recuerda que en su día esta zona fue hábitat natural de las legendarias
ballenas y que en la zona se cerró la fábrica ballenera de la que hoy sólo queda
ruinas. Ahora esta piedra es disfrutada por bañistas y paseantes y se ha
incorporado al paisaje.
Si
echas un vistazo más a lo lejos comprobarás que hay un submarino sobre las
aguas, se trata de un islote pétreo con un pequeño faro.
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