2 de agosto de 2013

Los riesgos del sedentarismo


Hace ya algunos años, las autoridades sanitarias españolas lanzaron la campaña “Quien mueve las piernas, mueve el corazón”, para difundir los beneficios del ejercicio físico a la hora de prevenir las enfermedades cardiovasculares. Lo cierto es que, a pesar de campañas similares y del incremento de la práctica deportiva entre jóvenes y adultos, el sedentarismo y su correlato, la obesidad, se ha convertido en España, como en el conjunto del mundo desarrollado, en el primer problema sociosanitario. Aproximadamente la mitad de la población española sufre algún problema de obesidad o sobrepeso, según la opinión de los expertos que participaron en el curso Obesidad y Sedentarismo, organizado por la UIMP en A Coruña. En Estados Unidos, donde el gasto sanitario relacionado con el sedentarismo se cifra en unos 100.000 millones de dólares, la obesidad está empezando a considerarse como una epidemia contra la que se ha acuñado un lema contundente: “sitting is the new smoking”, o sea, que permanecer sentado resulta tan perjudicial para el organismo como fumar.

La lucha contra la obesidad se desarrolla en varios frentes. Como en toda la medicina moderna, una de las líneas de trabajo se centra en los estudios genéticos de los factores que predisponen al sobrepeso. Además, es importante modificar hábitos alimentarios erróneos. En este sentido, organizaciones como la OMS están impulsando campañas para reducir el consumo de alimentos precocinados, para difundir las bondades de dietas tradicionales como la mediterránea y para evitar el exceso de consumo de bebidas y zumos azucarados, especialmente entre niños y adolescentes.

Pero es indudable la relación de los cambios de estilo de vida con el incremento de los problemas de sobrepeso. La revista Circulation publicaba recientemente un estudio que relacionaba la caída de actividad física media registrada a lo largo del siglo XX con el incremento del sobrepeso, sobre todo en las naciones económicamente más desarrolladas. Thomas Frieden, director del Centro de prevención y control de enfermedades de Estados Unidos, considera que caminar al menos dos horas y media a la semana puede ser un primer paso efectivo para luchar contra la obesidad, pero que resulta imprescindible que este ejercicio se incorpore a las rutinas diarias de la población. Para Frieden, la gente activa goza no solo de mejor salud física sino también mental, y considera el ejercicio como una auténtica “droga milagrosa”, la piedra filosofal del desarrollo humano. Además, considera importante que se formulen  programas de información a los ciudadanos acerca de los parques y equipamientos deportivos que tienen a su disposición en su entorno más inmediato, ya que en ocasiones, la falta de información se convierte en un freno para la actividad física.

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