Ambiente acogedor, charla y bebidas calientes, tres de las señas de identidad de los centros Maggie |
El actor Tony Curtis decía que la fama es un oficio que exige dedicación a tiempo completo, con su servidumbre de fiestas, atención a la imagen, pérdida de intimidad... Por desgracia, en el polo opuesto del glamour mundano, una enfermedad grave o una dolencia crónica, son también presencias obsesivas, permanentes, que amenazan con diluir el carácter de "persona" de quien las sufre, para reducirlo a la consideración de "enfermo". Los cuidados, la atención, el tratamiento clínico, son indispensables para curar o paliar la situación del afectado, pero no siempre se tiene en cuenta el impacto psicológico que padecen quienes se ven tratados permanentemente como enfermos, como alguien necesitado de ayuda. Alguien, en suma, que ve su "yo" suplantado por su dolencia.
Por eso esta semana nos ha encantado leer en Ocholeguas el estupendo reportaje que Javier Mazorra dedica a la iniciativa puesta en marcha en Escocia por Maggie Keswick y su marido, el arquitecto y paisajista Charles Jencks. Enferma de cáncer (falleció en 1995) Maggie Keswick fue consciente del largo proceso hospitalario, los intensos tratamientos y la intensidad del desarraigo, estrés y angustia que esta enfermedad puede causar, tanto al enfermo como a su entorno familiar. A su juicio, junto con hospitales y terapia médica, los pacientes necesitan también disponer de entornos agradables, acogedores, en los que relajarse y olvidar su condición de enfermos para recuperar su cuerpo, su espíritu y su dignidad. Así nacieron los Maggie's Cancer Caring Centers, centros en los que personas con cáncer y sus allegados pueden tomar una taza de té o café con personas en su misma situación, dentro de un ambiente de respeto mutuo en el que a nadie se le pregunta nada ni está obligado a dar explicaciones sobre su situación si no lo desea.
Centro Maggie de Dundee, Frank Gehry |
La iniciativa cuenta con el respaldo de algunos de los mejores arquitectos internacionales. El centro de Edimburgo ha sido diseñado por Richard Murphy. El de Dundee se convirtió en el primer edificio diseñado por Frank Gehry en el Reino Unido, y Zaha Hadid, sir Richard MacCormack, Kisho Kurokawa o Piers Gough son otros de los colaboradores de un proyecto que ha llegado ya a Hong Kong y ultima la apertura de un centro en Barcelona. Como dijo una enfermera que atendió a Maggie Keswick durante su enfermedad, la combinación de paisajes, diseño y entorno de respeto tiene un efecto inmediato sobre los pacientes "que a menudo nos dicen que tienen la sensación de que el edificio los abraza, los acuna, como si fuera un ente dotado de vida propia".
En As Salgueiras, donde desarrollamos terapias equinas con personas con discapacidades o necesidades cognitivas especiales, compartimos este enfoque. En nuestro caso, no ofrecemos arquitectura de grandes firmas, pero sí un entorno natural de primer nivel, 30 hectáreas de bosque en el que fomentamos la recuperación de la vegetación tradicional del noroeste atlántico. Por supuesto, contamos con el excelente trabajo y asesoramiento de monitores, terapeutas, pedagogos y psicólogos. Pero también sabemos que a veces la mejor terapia consiste en dar un paso atrás y dejar que nuestros amigos y sus familiares se pierdan caminando, se sienten un rato bajo un árbol, miren, hablen de sus cosas. Que dejen por un momento de sentirse "especiales" y disfruten de un día en el campo recuperando aquello que a veces parece perdido: el placer de ser una familia cualquiera.
Es que yo creo que ese tipo de entornos (y me refiero tanto a estos idílicos edificios como al paísaje natural de As Salgueiras) son un tratamiento maravilloso para todos, para los que tienen alguna enfermedad diagnosticada y ... para los que nos creemos que no estamos enfermos. Desde luego nosotros no hemos visitado esos edificios, pero si que disfrutamos con frecuencia el entorno de As Salgueiras y los ratos que ahí pasamos además de ser muy, muy agradables, estamos convencidos que tienen propiedades terapéuticas. Es un lujo y un privilegio poder disfrutar de estas iniciativas saludables.
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