LA IMPORTANCIA DE LAS COSAS PEQUEÑAS

Ballenas, delfines, linces, osos panda, elefantes y rinocerontes... tradicionalmente, las grandes campañas de defensa de la biodiversidad del movimiento ecologista han girado en torno a distintos mamíferos. Ocasionalmente, la situación de aves como el águila o, en el caso concreto de España, el urogallo han llegado también a los medios de comunicación generalistas y han merecido la atención del conjunto de la sociedad. Ahora, Estados Unidos y el Reino Unido están poniendo en marcha campañas de concienciación acerca de la importancia de proteger a los insectos, de manera especial a los que realizan tareas de polinización. A menudo se olvida la importancia de los insectos como bioindicadores, como marcadores de la calidad del hábitat. Su presencia se percibe como molesta (la mosca en casa, la avispa que puede picar al niño) y sus poblaciones de millones de individuos hacen que las percibamos como inextinguibles. De hecho, existe una corriente de literatura de ciencia ficción que juega con la idea de un futuro post apocalíptico en el que "los insectos heredarán la tierra".

Muy lejos de esta imagen popular, la contaminación, los pesticidas y las alteraciones del clima están amenazando el futuro de especies como las abejas, algunos escarabajos o la mariposa monarca, que cada año completa una larga migración entre el centro de México y Canadá. A finales del año 2014, el gobierno inglés presentó un Plan Nacional para Polinizadores que valora expresamente la biodiversidad, el elemento estético/cultural (puede ser hermoso un jardín sin insectos?) y los aspectos económicos, ya que la acción de estos animales se considera fundamental para la agricultura y la industria de la alimentación, que en el Reino Unido mueve 100 billones de libras. En Estados Unidos, el gobierno acaba de presentar un conjunto de iniciativas para mejorar las condiciones ambientales en el entorno de la carretera interestatal I-35, que recorre el país de norte a sur uniendo Duluth (Minnesota) con Laredo (Texas). La idea consiste en generar un corredor verde que facilite el movimiento migratorio de las mariposas monarca y, al mismo tiempo, contribuya al objetivo de reducir la mortalidad invernal de las colonias de abejas hasta dejarla en el 15%.

Al margen de que sigan siendo necesarias acciones concretas para determinadas especies estén sometida a un mayor riesgo, o de que resulte inevitable que nos identifiquemos más con nuestros parientes mamíferos, parece importante que la conciencia ecológica vaya poniendo el acento en el hábitat en su conjunto, como un patrimonio valioso del que deben conservarse todos los elementos, todas las especies, grandes y pequeñas,  porque todas contribuyen al equilibrio y la pervivencia del sistema.