Desde aquí divulgamos la biofília
que en síntesis defiende la probada teoría de que el contacto con la vida (que
representa la naturaleza en forma de animales y plantas), nos aporta a nosotros
vida.
La noticia que reseñamos, lo explica
porque el cuidado de un animal nos obliga a movernos pues la responsabilidad de
su cuidado nos motiva a levantarnos del sillón. Quizás por esa razón las hembras
de los primates superiores – entre las que podríamos situar las mujeres- se
explicaría que viven mas, pues son cuidadoras ayudando a las hembras jóvenes a
cuidar a sus retoños. Al parecer la maternidad al consumir muchos recursos y
energía, obliga a las jóvenes madres a pedir la colaboración a tías y abuelas.
Al sentirse necesarias, se esfuerzan y se sienten necesarias, por eso dicen que
esa es la explicación de que los cuidadores vivan
más.
No hace mucho me contaron el caso de
una abuela que tenía tres nietecitos de su única hija que falleció con su
marido en un desgraciado accidente de trafico, quedándose ella al cuidado de
los niños. Poco tiempo después, el médico le diagnósticó una grave enfermedad y
una esperanza de vida de unos seis meses. Ella le contestó a su médico que eso
no era posible, que ella tenía que cuidar de sus nietos. La historia que me
contaron dice que la señora acabó enterrando a su médico y que todavía vive y es
feliz con sus nietos ya adolescentes. Nunca sabremos en que medida la motivación
y energía que le impelió la necesidad de ocuparse del cuidado de los niños, fue
la que acabó venciendo la enfermedad.
También se ha escrito aquí de la
oxitocina,- también llamada hormona de los mimos-.
Al parecer es un neurotransmisor que mejora la sociabilidad, la empatía, la
confianza y la autoestima. Cuando acariciamos a un ser querido o acicalamos a un
animal, disfrutamos de contemplar su bienestar y nos sentimos confortados. En
este mismo sentido, a las mascotas, les podemos llamar “ las medicinas de cuatro
patas”
En el articulo que adjuntamos se
trata el tema del que hablamos, haz clic en la imagen:
Imagen del artículo de El Mundo |
Tambien ocurre con las plantas, a mi abuela le mantenía vital cuidar las plantas y la huerta.
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