En As Salgueiras no necesitamos que el calendario nos recuerde con una fecha concreta la situación de las personas con autismo y de sus familiares, ya que trabajamos con ellos, sobre todo a través de terapias equinas, a lo largo de todo el año. Pero cada 2 de abril, día mundial de concienciación sobre el autismo, es una buena excusa para reflexionar en voz alta sobre este peculiar conjunto de condiciones. Y para recomendar la excelente página web de Autismo España.
Los trastornos del espectro autista incluyen al menos tres grandes tipologías, según el estudio ya clásico de Lorna Wing del año 1988: personas que presentan trastornos en el reconocimiento social, otras que carecen de habilidades de comunicación social y un tercer grupo que engloba a quienes desarrollan patrones de conducta repetitivos, rutinarios, carentes de imaginación social.
Con diferentes gradaciones en cada caso, y como recuerda el lema de la campaña para la detección temprana de síntomas de autismo, "El autismo te habla. Sigue las señales". Una frase que, además de señalar la importancia de diagnosticar lo antes posible a los niños con síntomas de autismo para que reciban una atención adecuada, sirve para recordar que estas personas sí se relacionan con su entorno. En As Salgueiras somos testigos de primera mano de la intensa comunicación, casi un entendimiento mágico, que establecen con los caballos. Y también comprobamos cómo reaccionan al contacto con la naturaleza. En cierto sentido, la reacción de los autistas ante un entorno natural no agresivo constituye uno de los mejores avales de la teoría del síndrome de déficit de contacto con la naturaleza que ha expresado Richard Louv, y al que ya nos hemos referido en este blog en otras ocasiones.
Pero lo que más nos gusta del lema es que pone el acento no en los pacientes sino en todos los demás, en el conjunto de la sociedad. El autista habla, somos nosotros los que todavía no hemos aprendido a entenderlo. Este cambio de enfoque nos parece muy interesante para mejorar el modo en que nos referimos a discapacidades, trastornos cerebrales o enfermedades raras. Estas personas ya realizan cada día el tremendo esfuerzo de encarar un mundo que no está hecho a su medida. Y somos nosotros los que debemos reconocer ese reto cotidiano ayudándoles a superarlo, facilitándoles el camino. En el caso del autismo, aprendiendo a escuchar e interpretar los peculiares mensajes cargados de repeticiones, silencios o gestos mínimos que, como un peculiar morse cerebral pendiente de descodificar, nos lanzan las personas autistas.
Pero lo que más nos gusta del lema es que pone el acento no en los pacientes sino en todos los demás, en el conjunto de la sociedad. El autista habla, somos nosotros los que todavía no hemos aprendido a entenderlo. Este cambio de enfoque nos parece muy interesante para mejorar el modo en que nos referimos a discapacidades, trastornos cerebrales o enfermedades raras. Estas personas ya realizan cada día el tremendo esfuerzo de encarar un mundo que no está hecho a su medida. Y somos nosotros los que debemos reconocer ese reto cotidiano ayudándoles a superarlo, facilitándoles el camino. En el caso del autismo, aprendiendo a escuchar e interpretar los peculiares mensajes cargados de repeticiones, silencios o gestos mínimos que, como un peculiar morse cerebral pendiente de descodificar, nos lanzan las personas autistas.
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