Como sabéis, desde As Salgueiras seguimos habitualmente el trabajo de diseñadores, creadores y arquitectos gallegos, para conocer sus propuestas y las nuevas líneas de trabajo. Por eso no queremos cerrar la semana sin felicitar a Alberto Veiga, del estudio Barozzi/Veiga, que ha obtenido el prestigioso premio Mies van der Rohe de arquitectura 2015 por su proyecto de auditorio de Szczecin, en Polonia.
El premio tiene este año una fuerte carga simbólica ya que la nueva sala de conciertos se alza en el solar de la antigua que fue destruida en el transcurso de la Segunda Guerra Mundial. El proyecto del estudio italo-gallego propuso pues no solo un edificio plenamente funcional (sala central con capacidad para 1000 personas, sala de cámara, etc.) sino un diseño que contribuya a recuperar y reintegrar plenamente en el uso social y urbano una zona de suburbios en la que todavía no se había subsanado la herida de la contienda europea.
Además de sus valores estéticos (composición atendiendo a los valores clásicos de la regla de Fibonacci, ornamentación interior que evoca la tradición de las grandes salas de concierto europeas) el edificio apuesta por un uso inteligente de los materiales para conseguir la máxima iluminación con el menor consumo energético y recurre a una fachada de doble capa para facilitar la circulación del aire y evitar el sobrecalentamiento del interior. Del mismo modo, la cubierta juega con diferentes capas en las zonas de paso y en los auditorios, para optimizar el ahorro energético y la calidad de la acústica.
Desde el exterior, con sus volúmenes nítidos y acristalados, el edificio se integra en el entorno sin estridencias, pero la pureza de sus líneas deja claro el mensaje de optimismo, de apuesta por el uso social el espacio y de recuperación de la cultura como elemento capaz de sobreponerse a la barbarie.
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