16 de junio de 2017

A VUELTAS CON LA(S) INTELIGENCIA(S)

En estas semanas de final de curso, exámenes y pruebas de acceso varias, surgen a menudo cuestiones sobre cómo evaluar la inteligencia, la importancia de una nota media y la calidad del sistema educativo. E inevitablemente, medios y tertulias dedican algunos minutos a analizar la cuestión de si "los niños de ahora son más o menos inteligentes (o están mejor o peor preparados) que sus padres o abuelos". En torno a la inteligencia, sería conveniente que nos acostumbráramos a utilizar de una vez el plural, adoptando el enfoque de Howard Gardner, el psicólogo y pedagogo estadounidense que defiende que la inteligencia no es un bloque compacto, sino que tenemos que hablar de varios tipos de inteligencia, 8 en total, encargadas de diferentes ámbitos:
  1. Lingüística
  2. Lógico-matemática
  3. Espacial
  4. Musical
  5. Corporal y cinestésica
  6. Intrapersonal
  7. Interpersonal
  8. Naturalista 
 Según Gardner, el sistema educativo prima de manera casi exclusiva los contenidos relacionados con los dos primeros tipos de inteligencia, pero ni valora ni contribuye a desarrollar de manera significativa las otras seis. Vamos, que el sistema puede valorar con nota de 10 a personas con un escaso nivel de inteligencia interpersonal que se encontrarán con problemas en su vida diaria o cada vez que su trabajo les obligue a relacionarse con otras personas. Desde As Salgueiras, el trabajo con personas con diferentes discapacidades, nos permite entender bien y compartir el enfoque de Gardner. Personas con problemas extremos para entender las relaciones con otros seres humanos establecen en cambio una relación especial con distintos animales, y parecen tener un grado de inteligencia Naturalista superior a la media. Por eso, ahora que examinamos, medimos y clasificamos, es buen momento para que nos preguntemos qué (y cómo) queremos medir si queremos mejorar lo que deseamos ser. Y también nuestro sistema educativo.



AROUND INTELLIGENCE(S)

In these end-of-course weeks, exams and various tests of access, often arise questions about how to assess intelligence, the importance of the A-level and the quality of our education system. And inevitably, media and social gatherings take a few minutes to analyze the question of whether "today's children are less intelligent or better prepared than their parents or grandparents." In terms of intelligence, it would be convenient for us to get accustomed to using the plural, adopting the approach of Howard Gardner, the american psychologist and pedagogue who argues that intelligence is not a compact block, but the mix of several types of intelligence, 8 in total, each of them in charge of different areas:

    
Linguistics
    
Logical-mathematics
    
Space
    
Musical
    
Corporal and Kinesthetic
    
Intrapersonal
    
Interpersonal
    
NaturalistAccording to Gardner, the education system will either exclusively feed the content related to the first two types of intelligence, but neither values ​​nor contributes to significantly develop the other six. It can give an A level to people with a low capacity of interpersonal intelligence, who will encounter problems in their daily life or whenever their work makes them interact with other people. From As Salgueiras, working with people with different disabilities, allows us to understand well and share Gardner's approach. People with extreme problems in understanding relationships with other humans instead establish a special relationship with different animals, and seem to have a higher than average degree of Naturalistic intelligence. That is why, now that we examine, measure and classify, it is a good time for us to ask ourselves what  (and how) we want to measure if we want to improve what we want to be. And our education system in the process.

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