Ya hemos comentado en alguna ocasión temas relacionados con el festival Indiecade, el mayor escaparate de juego independiente de Estados Unidos. Nacido en California, los próximos días 13 a 15 de febrero celebra en Nueva York sus jornadas de la Costa Este. Y nos alegra ver como en esta edición abundan juegos y propuestas que llaman la atención sobre la necesidad de emplear el juego como elemento de fomento de la interacción, de las relaciones interpersonales. Algunos de los creadores recurren a propuestas que convierten la tecnología en un medio para fomentar las relaciones, como respuesta a algunas tendencias de videojuegos en los que el contenido digital absorbe al participante y la abstrae de su entorno. Os adelantamos algunas propuestas que nos han gustado especialmente por reflejar nuestra filosofía basada en el juego libre, activo, participativo...
- Henka Twist Caper. En este juego, una consola emite diferentes tipos de señales codificadas. Cada participante recibe un mando (similar al de los videojuegos convencionales) y debe localizar en qué punto de la habitación recibe mejor la señal. Una vez conseguido, debe permanecer allí un tiempo, hasta que su mando se "carga" y emite una señal o se ilumina. El primero que lo consigue gana, pero está permitido usar el cuerpo para bloquear la señal, molestarse, empujar...
- Hot Mess. La propuesta de Mike Ren amplia la versión tradicional del Twister, el juego en el que se deben colocar pies y mano sobre una manta con puntos de colores. En este caso, cada jugador recibe unos conectores que debe hacer coincidir con unas bases, también móviles, que se van colocando en distintos puntos de la habitación mientras se juega.
- Stranger Danger. Definido como un juego de cartas de exterior, este juego obliga a perder el miedo a relacionarse con los extraños. Con una fórmula que recuerda a los juegos de prendas tradicionales, los participantes juegan en una cafetería, un museo, una convención. Se van repartiendo las cartas y cada jugador debe cumplir la tarea escrita en ellas. Dichas tareas obligan siempre a dirigirse a un extraño, al que habrá que saludar, hacerle una pregunta embarazosa (para ambos interlocutores) o pedirle que realice alguna acción concreta.
Más allá de la diversión, juegos como Stranger Danger nos obligan a reflexionar sobre las relaciones que establecemos con nuestros semejantes en entornos alienantes como las grandes ciudades. Un tema que también protagonizará uno de los espectáculos que se verán en Indiecade: "Coffee, a misunderstanding. Un juego-teatro que ironiza acerca de la irrealidad de las amistades que se establecen a través de las redes sociales mediante los mecanismos de la tradicional comedia de equívocos. Como otros creadores, su autora, Deirdra Kiai, nos recuerda que debemos jugar para relacionarnos, no para alienarnos.
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