"Fui a los bosques porque quería vivir deliberadamente; enfrentar solo
los hechos esenciales de la vida y ver si podía aprender lo que ella
tenía que enseñar. Quise vivir profundamente y desechar todo aquello que
no fuera vida...para no darme cuenta, en el momento de morir, que no
había vivido". Esta cita del filósofo Henry David Thoreau (1817-1862), pionero en la defensa del contacto con la naturaleza, inspiró al empresario José Díaz, que a finales del año 2015 se retiró durante 100 días a vivir en absoluta soledad a una cabaña situada en el parque natural de Redes, en Asturias. Díaz llevó un videodiario que convirtió, a finales del 2017, en el documental "100 días de soledad. Diario de una experiencia".
Solo en el monte, Díaz se llevó algunas gallinas y preparó un pequeño huerto que le facilitase la subsistencia. Su propósito era llevar adelante un experimento de desconexión del modo de vida dominante en las ciudades occidentales. En su caso, la muerte de un ser querido le llevó a plantearse una reflexión profunda sobre el sentido de la existencia, los valores fundamentales de la existencia y la necesidad de desconectar, siquiera temporalmente, de las rutinas que nos arrastran. El documental filmado por José Díaz se estrenará el próximo 16 de marzo, y aunque él es el protagonista, a menudo insiste en que su silencio y su soledad le permitieron escuchar las voces del bosque, de los pájaros, de los corzos, prestando atención a toda esa vida que transcurre en paralelo a la humana y que no siempre sabemos escuchar.
A pesar de su amor por el bosque, José reconoce que se la hizo duro perder el contacto con su familia, y que para paliar esa ausencia, sustituyó la conexión por móvil por el intercambio epistolar: cada vez que caminaba para dejar en un punto convenido el material grabado, dejaba una carta para su familia. Cuando su hijo recogía el material, le dejaba la respuesta. En As Salgueiras nos ha encantado esta confesión porque entendemos que el contacto con la naturaleza debe de servir como fuente de conocimiento de nosotros mismos, pero también como fomento de unos valores compartidos, de un refuerzo de los lazos que nos conectan con nuestros familiares, amigos, vecinos... con todos aquellos con los que compartimos un espacio concreto y, en sentido más amplio, nuestro planeta. Thoreau dijo que una casa no vale de nada si no existe un planeta sano que pueda albergarla; y nosotros nos atrevemos a añadir que esa casa necesita familia para compartirla, amigos que la visiten y vecinos para rodearla
100 DAYS ALONE IN THE WOODS
"I
went to the woods because I wanted to live deliberately, face only the
essential facts of life and see if I could learn what she had to teach, I
wanted to live deeply and discard everything that was not life ... to
not realize, in the moment of dying, that I had not lived. " This
appointment of the philosopher Henry David Thoreau (1817-1862), pioneer
in the defense of contact with nature, inspired the businessman José
Díaz, who at the end of 2015 retired for 100 days to live in absolute
solitude to a cabin located in the natural park of Redes, in Asturias. Díaz brought a video diary that became, at the end of 2017, the documentary "100 Days of Solitude: Diary of an Experience".Alone in the woods, Díaz took some chickens and prepared a small garden to make his subsistence easier. Its purpose was to carry out an experiment of disconnection from the dominant way of life in western cities. In
his case, the death of a loved one led him to think deeply about the
meaning of existence, the fundamental values of life and the need
to disconnect, even temporarily, the routines that drag us down. The
documentary filmed by José Díaz will premiere on March 16, and although
he is the protagonist, he often insists that his silence and solitude
allowed him to hear the voices of the forest, the birds, the roe deer,
paying attention to all that life that runs parallel to the human and that we do not always know how to listen to.Despite
his love for the forest, José admits that it was hard for him to lose
touch with his family, and that in order to alleviate this absence, he
replaced the mobile connection with the epistolary exchange: each time
he walked to leave at an agreed point the recorded material, he left a letter for his family. When his son picked up the material, he left the answer. In
As Salgueiras we have loved this confession because we understand that
contact with nature must serve as a source of knowledge of ourselves,
but also as a promotion of shared values, a reinforcement of the ties
that connect us with our family, friends , neighbors ... with all those with whom we share a specific space and, in a broader sense, our planet. Thoreau said that a house is worthless if there is no healthy planet that can hold it; and we dare to add that this house needs family to share it, friends who visit it and neighbors to surround it.
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