27 de febrero de 2015

¿POR QUÉ DEBERÍA INVERTIR LA SOCIEDAD EN LOS ESPACIOS VERDES URBANOS?

Las ciudades constituyen el espacio vivencial de la inmensa mayoría de la población mundial. Es en las ciudades donde residimos, vamos a la escuela, al trabajo, y disfrutamos de gran parte de nuestro tiempo de ocio.



Numerosos estudios demuestran que los espacios verdes urbanos de uso público contribuyen a la promoción de la salud y al bienestar de los ciudadanos, existiendo una relación positiva entre el uso de estos espacios y el bienestar físico y emocional de las personas.
Las visitas más frecuentes y prolongadas a los espacios verdes urbanos, influyen en la reducción de las condiciones de estrés a las que se encuentran sometidos los ciudadanos. Tales efectos sobre la salud, requieren, no obstante, que los espacios verdes sean de calidad y accesibles, así como una parte integrante del entorno cotidiano de la gente, es decir, que se localicen cerca de sus residencias y lugares de trabajo (los llamados espacios verdes de proximidad).
Una distancia entre la residencia y el espacio verde superior a 300 metros es suficiente para reducir el número de visitas diarias, el tiempo de las visitas y, en consecuencia, aumentar las probabilidades de estrés. Si la distancia es de 1.000 metros, la visita, probablemente, se pospondrá hasta el fin de semana, reduciéndose, por tanto, los efectos beneficiosos a los que los espacios verdes contribuyen.
Las características básicas de los espacios verdes en los cuales las personas disfrutan y se sienten cómodas están estrechamente relacionadas con factores como su localización, dimensión, mantenimiento, señalización, equipamientos, tranquilidad, y diversidad biológica de los mismos.
Una gran ventaja de estos espacios es que sus efectos sobre la promoción de la salud son democráticos, es decir, sus efectos son similares en todas las edades y sexos y en todos los estratos socioeconómicos. Por otra parte, condiciones precarias de habitabilidad en las ciudades también pueden ser compensadas por los espacios verdes urbanos, favoreciendo la convivencia entre diversos grupos sociales, y fomentando el sentimiento cívico de pertenencia e identificación con el lugar (barrio, ciudad, etc.).



A pesar del reconocimiento de las funciones benéficas asociadas a la presencia de los espacios verdes en las ciudades (lugares de esparcimiento y recreo propicios para las relaciones sociales, el contacto con la naturaleza, la realización de ejercicio físico, contribuyendo también para la disminución de la contaminación acústica, visual, del aire, etc.), la mejora e implementación de nuevos espacios verdes urbanos están expuestos a numerosas trabas y obstáculos (excesiva densificación de la malla urbana, ausencia previa de planificación, especulación inmobiliaria, etc.).

La salud pública es un recurso esencial para el desarrollo sostenible. Una buena planificación de los espacios verdes urbanos acorde con las necesidades reales de la población y el posterior mantenimiento de estos espacios pueden suponer un aumento considerable de la calidad de vida de la ciudadanía, así como de la percepción positiva que se tiene del lugar. Esta perspectiva debe ser una herramienta esencial para los decisores políticos y profesionales del diseño urbano.

Pablo Peón
Arquitecto Paisagista 
Portugal

20 de febrero de 2015

JUANMI

Hace algún tiempo, en Las Palmas, conocimos la historia de Juanmi, un ejemplo de como el sentido común, combinado con la formación y el respeto a las personas, se convierten en el mejor aliado de la planificación social del espacio.

    Juanmi visitando una plaza rehabilitada con la ayuda de los vecinos

Juanmi es arquitecto, y comentó su historia contándonos como, cuando estudiaba, le llamaba la atención que, cuando había un problema doméstico de electricidad, fontanería o reformas, su padre no le consultaba a él, sino que llamaba a personas con experiencia, con oficio, aunque a lo mejor no tenían demasiada formación. Un día, su padre llamó a "Manolito el del cemento", para consultarle una reforma en una habitación. Juanmi, que preparaba su proyecto de fin de carrera como arquitecto, le reprochó a su padre: "te has sacrificado para pagarme la carrera de arquitecto, pero cuando necesitas asesoramiento llamas a Manolito el del cemento". Su padre le contesto: " Tu siempre serás mi hijo Juanmi, pero yo tengo mucha fe en el criterio de las personas de oficio como Manolito".

Con aquella anécdota, su padre le enseñaba a respetar el conocimiento de un gremio, a saber captar y tener la empatía con los distintas visiones que se ínter relacionan en el espacio público.Esa lección de humildad le sirvió para toda su vida y fue el germen de esa actitud que caracteriza a los sabios, la humildad para aprender a escuchar y para saber resolver los problemas complejos,

Muchos años después, su madre asistió a una boda celebrada en el ayuntamiento y comento que su hijo Juanmi trabajaba allí, su madre que no sabía la importante labor que desempeñaba, volvió abrumada cuando le contaron que Juamni era el autor de la humanización de barrios populares y degradados, del plan urbanístico, de remodelar plazas, de volver a dar vida a espacios abandonados, en definitiva de cambiar la vida de las personas, de promover la hostelería y el comercio por mor de su trabajo peatonalizando, urbanizado muchas veces con cuatro chavos o llorando aquí y allá material de desecho o la colaboración altruista para mejorar el espacio público y gracias a esto la autoestima y la salud de las personas. Allí le dijeron que tenía premios de urbanismo, que lo llamaban a hablar al extranjero para que contara el sentido de su trabajo. Su madre volvió sobrecogida y un punto preocupada, y le dijo: "Hijo, no hagas nada malo, yo no sabía que hacías cosas tan importantes, que mucha gente te tiene en un pedestal"

Juanmi le contestó "Mama, yo sólo soy un chico de barrio que hace sus planos en los manteles de papel del bar Alemania, enfrente de nuestra casa de donde salgo todos los días fuera del horario de trabajo para hablar con los comerciantes, con los dueños de los bares, los taxistas, los skaters o los viejitos, intentando comprender sus necesidades y la mayoría de las veces no contentando a ninguno, porque a fin de cuentas yo sólo busco ese punto medio, ese entendimiento entre todos, donde nadie es ganador  ni perdedor, sólo ciudadano que convive. Sólo intento mantenerme fiel a la lección de humildad que me dio a mi padre al enseñarme a respetar el conocimiento de Manolito el del cemento"

Juami es un tipo de barrio; se nota porque a cada paso lo saludan y lo paran por la calle. Pisa muchas veces las plazas, las aceras, las calles... De pequeño jugaba en el barrio. Tenía un círculo vital como todos los que somos de su generación. Jugaba en la calle y el pueblo, sus vecinos se cuidaban de el y de otros niños. Cuando se alejaba de su casa, los vecinos le recriminaban para que volviera a su radio de acción, a su ecosistema en donde los olores, los ruidos enmarcaban el territorio de juego y el espacio vital de Juami, ese territorio idéntitario, ese ritornello como la figura de la música barroca que se repite insistentemente con ligeras variaciones de la misma melodía y en ese rompecabezas, en ese mosaico de sonidos, luces y olores.

Juanmi se emociona cuando recuerda trabajos que han conseguido potenciar al infinito el capital social de un barrio. Se le pone la piel de gallina y se le nublan los ojos cuando los vecinos le dan las gracias por hacer tanto con tan poco. Tuve la suerte de recorrer las calles peatonales guiado por Juanmi, de tomar café en las terrazas de los locales que se habían cerrado antes de la intervención urbanística y ahora medran pujantes colmados de ciudadanos que han recuperado una calidad de vida perdida cuando los coches invadieran las calles de su infancia. Le pedí a Juami que me dejara sacarle una foto delante de una plaza que pidió prestada y rehabilito con material de desecho,

 Zona del centro de Las Palmas humanizada con pocos recursos

En una ocasión le pidió a un promotor que le dejará usar un solar  que por culpa de la crisis había dedicidido esperar mejores tiempos para promover. Juami le prometio que cuando la necesitara podría recuperar lo que era suyo, pero mientras tanto elimino toda la contaminación visual, hablo con la telefónica y la compañía eléctrica, para que enterrara los cables, uso material reciclado, pidió plantas y como quien anda por casa, con cuatro perras hizo una plaza maravillosa, que tiene plantas, rocallas, pérgolas, sitios de abrigo y sombra, lugares de esparcimiento para jóvenes y viejos, para enamorados, o simples practicantes del "dolce far niente". Se sentía orgulloso delante de su obra, de la obra de todos, y por eso había mandado que se pintaran en las medianeras los nombres de las empresas y vecinos que habían donado material o su trabajo de forma altruista. En casos como éste, el bien común triunfa sin necesidad de alaracas ni espectáculos grandilocuentes. Ese hecho fomentaba la corresponsabilidad, la solidaridad, fomenta la biofilia y la salud personal y de toda la comunidad.


13 de febrero de 2015

¿Y LOS PLANES DE RECREO?

Estos días hemos podido leer algunas noticias relacionadas con el sistema educativo: la posibilidad de que el ajedrez se convierta en asignatura en España o nuevos debates acerca de los deberes, su posible exceso y la sobrecarga de la jornada infantil en España. Padres, maestros y pedagogos dedicamos una atención constante a los planes de estudio. A lo que estudian o deben estudiar nuestros hijos. Y a cómo, por qué y para qué deben hacerlo. Fruto de la falta de consenso, prácticamente cada cambio de gobierno genera en nuestro país un nuevo ministro de Educación que produce un cambio, a veces radical, a veces cosmético, en los estudios de nuestros hijos.
Sin embargo, no se produce un debate semejante acerca del modo en que se organiza el tiempo de descanso de nuestros hijos en el colegio. El recreo, el patio, sigue siendo en la mayoría de los casos un territorio comanche. Los niños hablan de "salir al patio", dejando explícita la vivencia del colegio como un encierro, una percepción que se debería intentar combatir. Los profesores utilizan expresiones como "hoy me toca recreo" o "cuidar el recreo", como si esta actividad fuese una carga añadida o una zona de riesgo potencial que hay que vigilar como si el maestro fuera, de repente un simple guardia de seguridad. Y si sobran estudios sobre cual es el número máximo ideal de alumnos por aula, apenas se escucha debatir cuál es el número máximo de niños que deberían salir juntos al recreo en relación con las instalaciones, el número de profesores...
Si de verdad pensamos que los niños acuden al colegio a aprender y a socializarse, resulta sorprendente la escasa atención que se presta a este tiempo de ocio entre semejantes, entre proyectos de adulto. En no pocos colegios se sigue castigando a los niños sin salir al patio, como si el descanso fuese algo que hay que ganarse y no el complemento indispensable de una planificación adecuada del trabajo. En ocasiones, los patios y sus equipamientos no alcanzan los estándares de excelencia que los niños merecen. El fomento de la convivencia y el juego libre requiere una preparación y una atención de los maestros que guíe y organice el tiempo de descanso en provecho de todos. Para evitar fenómenos como la omnipresencia del partido de fútbol en el que todos compiten por emular al ídolo de turno y que deja sin espacio de juego a quienes prefieren otras actividades. No nos cansamos de repetir que jugar es posiblemente el modo más importante y completo de aprender, así que si queremos mejorar nuestro sistema educativo, deberíamos empezar a pensar en desarrollar, juno a los planes de estudio, planes, o guías, o patrones, para organizar los recreos.

6 de febrero de 2015

LAS PERSONAS SOMOS LO MÁS IMPORTANTE DEL JUEGO

Ya hemos comentado en alguna ocasión temas relacionados con el festival Indiecade, el mayor escaparate de juego independiente de Estados Unidos. Nacido en California, los próximos días 13 a 15 de febrero celebra en Nueva York sus jornadas de la Costa Este. Y nos alegra ver como en esta edición abundan juegos y propuestas que llaman la atención sobre la necesidad de emplear el juego como elemento de fomento de la interacción, de las relaciones interpersonales. Algunos de los creadores recurren a propuestas que convierten la tecnología en un medio para fomentar las relaciones, como respuesta a algunas tendencias de videojuegos en los que el contenido digital absorbe al participante y la abstrae de su entorno. Os adelantamos algunas propuestas que nos han gustado especialmente por reflejar nuestra filosofía basada en el juego libre, activo, participativo...
- Henka Twist Caper. En este juego, una consola emite diferentes tipos de señales codificadas. Cada participante recibe un mando (similar al de los videojuegos convencionales) y debe localizar en qué punto de la habitación recibe mejor la señal. Una vez conseguido, debe permanecer allí un tiempo, hasta que su mando se "carga" y emite una señal o se ilumina. El primero que lo consigue gana, pero está permitido usar el cuerpo para bloquear la señal, molestarse, empujar...
- Hot Mess. La propuesta de Mike Ren amplia la versión tradicional del Twister, el juego en el que se deben colocar pies y mano sobre una manta con puntos de colores. En este caso, cada jugador recibe unos conectores que debe hacer coincidir con unas bases, también móviles, que se van colocando en distintos puntos de la habitación mientras se juega.

- Stranger Danger. Definido como un juego de cartas de exterior, este juego obliga a perder el miedo a relacionarse con los extraños. Con una fórmula que recuerda a los juegos de prendas tradicionales, los participantes juegan en una cafetería, un museo, una convención. Se van repartiendo las cartas y cada jugador debe cumplir la tarea escrita en ellas. Dichas tareas obligan siempre a dirigirse a un extraño, al que habrá que saludar, hacerle una pregunta embarazosa (para ambos interlocutores) o pedirle que realice alguna acción concreta.
Más allá de la diversión, juegos como Stranger Danger nos obligan a reflexionar sobre las relaciones que establecemos con nuestros semejantes en entornos alienantes como las grandes ciudades. Un tema que también protagonizará uno de los espectáculos que se verán en Indiecade: "Coffee, a misunderstanding. Un juego-teatro que ironiza acerca de la irrealidad de las amistades que se establecen a través de las redes sociales mediante los mecanismos de la tradicional comedia de equívocos. Como otros creadores, su autora, Deirdra Kiai, nos recuerda que debemos jugar para relacionarnos, no para alienarnos.