"Las Deudas Ecológicas de la Democracia Moderna", interesante artículo
de Florent Marcellesi
aparecido originalmente en la revista Ecología Política, pone de manifiesto la imbricada relación entre nuestro
sistema socio-productivo y el galopante impacto ecológico que la dinámica del
mismo provoca.
Pone además de manifiesto, un conjunto de elementos que no han sido contemplados en el proceso de democratización, pero que han repercutido directamente en la destrucción progresiva del entorno y de la pérdida de una verdadera concienciación medioambiental.
Es interesante ver como las ideas del decrecimiento están muy presentes en el texto. En anteriores entradas ya se esbozaban algunas líneas de esta corriente: http://salgueiras.blogspot.com.es/2011/10/la-historia-de-las-cosas.html#comment-form
* Se podrá compartir en mayor o menor medida el grueso de esta cosmovisión, pero su esencia es indiscutible: en un mundo con recursos limitados, es inviable plantearse el progreso económico bajo un único prisma sustentado en el crecimiento constante. Creo que a todos nos es sencillo concebir esta realidad sin grandes conocimientos matemáticos: si un elemento tiende a reducirse (recursos) y la otra variable pretende crecer constantemente, en algún punto se producirá una fractura.
Creo que la democracia se basa en la temporalidad de los ciclos electorales . Es un cortoplacismo similar al de los ejercicios economicos de las grandes corporaciones. El . medioambiente, necesita una visión a largo plazo. La figura del ombusman de la gente del futuro es muy interesante y va en ese sentido, pero mucho de su efectividad.
ResponderEliminarAlgunas personas piensan que la ecuación de recurso finitos, frente a crecimiento demográfico, se resolverá con la tecnología. En algunos caos, con la aplicación de técnicas de cultivo basada en la formación y selección geneica natural , ha dado esperanzas en ese sentido. Las energías limpias, la eficiencia la gestión racional de los recursos oceánicos dan argumentos a esta tendencia, pero no resuelven el problema.
Curiosamente en los países de economía planificada o en los planes quinquenales del franquismo, parece que hay mejores instrumentos que en una campaña electoral, donde en vez de explicar las verdades, se venden ficciones tentadores para el votante que lo estimulan de forma inmediata.
Por eso creo que al concepto de democracia tenemos que darle una vuelta.
Está demostrado que en los países de economía planificada, la duración de los productos es mucho mayor, dado que el crecimiento en base al consumo no es el eje matriz y motriz del sistema.
ResponderEliminarEl concepto de "obsolescencia programada", tan presente en la dinámica del sistema capitalista, no existe en otros sistemas productivos.
Aunque la conciencia medioambiental no estuviese tan presente en el discurso de estos sistemas y el impacto ambiental no fuese nunca una variable a contemplar (predominio de la industria pesada), la durabilidad de los productos no obligaba a un consumo masivo de elementos no renovables.