La pasada semana pudimos conocer a Huibert en las instalaciones de Galopín Parques. Desde hace muchos años él y su familia representan los productos de Gefico en Holanda. Sabíamos que era una persona singular, de una inteligencia portentosa y una capacidad pedagógica impresionante.
Hablamos de cooperación y fuimos muy críticos con las políticas actuales de los estados y su enfoque. Él cree que la solución no es mandar dinero ó bienes sin control a los países pobres para que ocurra como en muchos casos: destruyendo la economía local, perjudicando más que beneficiando a las personas necesitadas.
Él dice que hay que invertir y no solo lo dice, sino que lo hace. No gana dinero, ese no es el objetivo de su iniciativa, sino que todo el beneficio se capitaliza a fin de asegurar la salud de miles de personas de ese país donde invierte.
DWL (Dutch Water Limited) es una compañía localizada en una pequeña ciudad llamada “Mtwapa” en Kenia, a 30km aproximadamente del norte de Mombasa que produce y distribuye agua potable.
Más de la mitad de la población de Kenia no tiene acceso a agua potable; el agua enterrada en Mtwapa es salina, no es buena para beber, y aún así la mayoría de la gente la bebe pues solo la gente con dinero es capaz de comprar agua mineral embotellada, y esto conlleva un montón de consecuencias como enfermedades de los niños. La situación se está agudizando y en los próximos años los problemas causados por la falta de agua se incrementarán. DWL empezó a trabajar para mejorar esta situación, paso por paso, para producir y distribuir la mayor cantidad posible de agua a un precio que el mercado local se pueda permitir.
DWL bombea alrededor de 50.000 litros de agua diarios, provenientes del acuífero de Mtwapa y los purifica para que se puedan beber por el proceso de ósmosis inversa, el cual consiste en aplicar presión a la solución de agua salina, haciéndola pasar a través de una membrana y permitiendo así que la sal y otras impurezas se separen de las moléculas de agua. Esta técnica es utilizada en muchas otras partes del mundo pero el secreto está en la filosofía que aplica esta empresa. ¿Qué hacen con el agua una vez que está limpia?:
Los costes de producción de 1m3 de agua potable son aproximadamente 30 €, lo que viene siendo 0,03 € por litro de agua, y muchos habitantes de Mombasa pueden permitirse pagar esa cantidad por el agua que beben.
El mercado de DWL es el siguiente:
- Venta directa de agua: en la puerta de la fábrica, pagando por litro, llevando la gente sus propias botellas y tanques (que también se pueden comprar allí).
- Venta de tanques de 10 litros: que se distribuyen a las casas en un carro (strolley), los tanques se compran inicialmente y después se distribuyen llenos y se recogen vacios; pagando el cliente por el agua y por este servicio.
- Pedidos grandes de varias docenas de tanques de 10 litros: se distribuyen en coche a tiendas y puntos de distribución (contenedores).
- Venta de dispensadores de agua para industrias
- Venta a granel: un camión con 1000 a 4000 litros de agua la lleva a un cliente (normalmente colegios e iglesias) que disponen de un tanque grande para el almacenamiento de dicha agua, y al cual se le reparte una vez a la semana.
- Venta esponsorizada: también en un camión de 1000 a 4000 litros, el agua es distribuida a un colegio pobre u orfanato. Estos niños están muy necesitados y no se pueden permitir este agua. Por lo tanto las compañías ó personas individuales en Europa y EE UU compran este agua por ellos. Tienen que disponer de un gran tanque de almacenaje, que también es demasiado caro por lo que también hay patrocinadores que compran este tanque para ellos.
La filosofía de DWL es ambiciosa pero está dando fruto año tras año, basándose en las siguientes premisas:
1. Producir agua potable de la mejor calidad a un precio asequible.
2. Producir y vender la mayor cantidad de agua posible.
3. Generar beneficios para continuar con la expansión y dar soporte a proyectos locales (ejemplo: acomodar a huérfanos y niños de la calle):
4. Crear empleo local.
5. Hacer que “DWL” sea conocida en todas partes.
Este maravilloso proyecto tiene ya más de 100 empleados en Kenia. Vende 50 000 l de agua al día, esperando que al final del 2011 sean aprox. 70 000 l y al final del 2012 140 000 l/día. Dicen que 1 solo m3 de agua puede abastecer a 500 personas. Si continúa su crecimiento como hasta ahora, a finales del próximo año sesenta mil personas se abastecerán de agua fresca suministrada por esta compañía. Pero no se queda ahí este proyecto, dice Huibert que hay mucho que hacer. Quiere abastecer a millones de personas. Sin duda un ser excepcional. La luz que emiten personas como él servirá de faro para otros muchos que seguro contribuirán a construir un mundo mejor, más sano, solidario y justo.
*Este artículo reafirma lo que ya se decía hace unos meses en la entrada en el blog: “Agua que mata”: “El agua contaminada mata más que la guerra”, y el único arma que tenemos para luchar contra esto no es bélica, sino que consiste en dotación y transferencia solidaria y equitativa de tecnología e infraestructuras adecuadas.
Esto demuestra que deberíamos alejar de nuestras mentes que el ayudar a la gente menos afortunada nos genera un coste de cualquier tipo, existen diferentes formas de colaborar en la justa medida, sinceramente lo veo un beneficio.
ResponderEliminarA fin de cuentas no es más que suerte el nacer en un punto u otro del planeta.
Ojalá estas acciones se contagiasen como un virus beneficioso...
Un abrazo a Huibert y toda la gente que hace posible el que nos emocionemos al ver acciones como éstas.
Iker Uría
Me parece admirable
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