27 de diciembre de 2013

LA BELLEZA ESTÁTICA DE ÁLVAREZ DIESTRO



Parque en Reinosa. Álvarez Diestro.

En As Salgueiras seguimos desde hace tiempo el trabajo del fotógrafo y cineasta Manuel Álvarez Diestro, por su interesante mirada sobre la arquitectura y la ciudad. Sus imágenes se distinguen por su carácter estático, por la ausencia de figura humana y por su gran capacidad de penetración. Encuadres aparentemente sencillos, primerísimos planos, volúmenes que se aplastan... La cámara de Alvarez Diestro consigue poner ante nuestros ojos la belleza, las paradojas y los defectos del entorno urbano en el que vivimos. Y siempre nos obliga a reflexionar.

Imagen de la serie Natural. Álvarez Diestro
El blog de arquitectura y diseño Designboom dedicaba hace poco una entrada a su serie sobre parques infantiles. Fiel a su estilo, Diestro fotografía parques vacíos, inmóviles, a los que los niños aún no han llegado o de los que acaban de marcharse. Parques en la madrugada, al atardecer, fuera de temporada.... Parques nuevos, de trazado ambicioso o viejos columpios semiabandonados y mal conservados. Juegos instalados en su entorno urbano usual, enclavados en parajes naturales insospechados o empequeñecidos a la sombra de un monumento de fama internacional.

Parque en Nueva York. Álvarez Diestro
Al margen del disfrute estético, las fotos de Diestro tienen un sentido especial para quienes trabajamos con menores y para quienes diseñan juegos. El poeta Rainer Maria Rilke escribió en uno de sus poemas que las rosas estaban especialmente hermosas porque tenían el aspecto de haber sido contempladas. Del mismo modo, los columpios inmóviles de Diestro deben recordarnos que son elementos que han sido utilizados, y que los niños volverán a jugar en ellos. Por eso la aparente quietud de las imágenes esconde en realidad la vibración de una pregunta: ¿estamos satisfechos con los lugares de juego que proponemos a los menores? Cada foto es una invitación para que pedagogos, psicólogos y diseñadores piensen si se trata de un parque seguro, que fomenta la interacción, si estimula la imaginación de sus usuarios, si alguno de sus elementos físicos es susceptible de mejora. Una invitación a seguir mejorando.

Parque en Sevilla. Álvarez Diestro
Los parques de juego, y sus elementos, son un inmejorable termómetro en el que medir el desarrollo de un conjunto humano. El modo en que cuidamos a los menores es sinónimo de la atención que dedicamos al futuro. Un niño que juega equivale a una sociedad que progresa, porque el juego debe ser sinónimo de bienestar inteligente, de diseño puesto al servicio de los pequeños, de procesos de producción que cuidan la sostenibilidad y el medio ambiente. Un parque público merece toda la atención en su diseño porque es el primer espacio de sociabilidad, el primer enclave en el que poco a poco, literalmente jugando, aprendemos lo que significa ser ciudadanos. Donde reclamamos para nosotros y compartimos con otros; donde esperamos turno; donde aprendemos a decidir por mayoría; donde nos expresamos y donde escuchamos a los demás. Quizá por eso Diestro vacía sus imágenes de parques de figuración humana, para que podamos pensar por un momento en todo lo que de verdad debe llenarlos.




1 comentario:

  1. En estos espacios descritos en imagen por Alvarez Diestro veo que lo realmente importante para dar sentido a todo son las personas paseando y los niños jugando. Los paisajes desnudos no tienen alma aunque puedan llegar a tener gran belleza.

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