Por Manu Iglesias
Hace algunos años, conocí a un sabio que atesoraba mucha experiencia tanto en su actividad docente como catedrático como en su vida empresarial privada. Era un hombre grande. Bien podría decir que era grande en todos los sentidos. Escuchábamos su voz grave y diáfana muy atentos durante una reunión. En el transcurso de nuestras deliberaciones, nos recomendó un higiénico paseo.
Por las cuestiones que debatíamos, lo de higiénico refiriéndose al paseo me pareció muy adecuado. Los problemas que abordábamos en aquella reunión casi amenazaban con convertirse en gérmenes nocivos para nuestra reflexión. Quizá un paseo tranquilo por la naturaleza podría neutralizar su toxicidad y nuestras mentes estarían luego en mejores condiciones de resolverlos.
Aquello me recordó a una enfermedad que afecta a los cascos de las ovejas. Cuando pastan durante mucho tiempo en un prado, acaban contaminándolo y, si continúan pastando en él, también las patas de los animales se contaminan. Por eso los pastores las cambian de prado o las hacen dar largos paseos. Así libran a las ovejas de los parásitos
Cuando hice alusión al término, aquel hombre me contestó que higiénico es un sinónimo de saludable. El paseo que proponía era sobre todo saludable. Por aquel entonces, aún no conocía el concepto de biofília. Lo intuía, pero no sospechaba lo que ya confirmaban numerosos estudios, que corroboran que el contacto con lo natural aumenta la salud y por tanto la longevidad.
El hombre me explicó que, cuando tenía un gran problema, solía encontrar la mejor solución después de dormir una siesta debajo de una higuera. Este árbol, al parecer, proporciona con sus grandes hojas una sombra ideal para abandonarse al sueño estival. Mientras alcanza el sueño, trata de olvidarse del problema, y piensa en tantas generaciones de hombres que, en épocas críticas de la Historia, también buscaron un momento para dormir debajo de la frondosidad de la higuera. Según decía, así relativiza el problema, se serenaba y, cuando despertaba, no tardaba encontrar la mejor solución para el problema que le angustiaba.
Desde entonces, uso su adjetivo para referirme a un paseo. El de los sábados por la mañana, con mi amigo Luís y su hermano Paco, es ya tradicional. Cuando no podemos dar ese paseo, lo echamos mucho en falta.
El paseo por un entorno natural tiene efectos saludables tanto emocional como cognitivamente. Uno de los primeros libros que va a publicar Ediciones As Salgueiras es una investigación de Silvia Collado y José Antonio Corraliza sobre la influencia de la «naturaleza cercana» en el desarrollo infantil.
ResponderEliminarSiguiendo a William James y Roger S. Ulrich, Corraliza & Collado distinguen dos tipos de atención propios del ser humano. Uno es la atención directa, la que exige concentración e intenta evitar distracciones para asimilar o analizar mejor aquello a lo que se está atendiendo. Esta atención produce fatiga mental si se prolonga. El otro tipo de atención es la atención indirecta, que no exige esfuerzo intelectual ya que atrae al sujeto de manera espontánea y le proporciona disfrute. Tanto el sueño como la atención indirecta procuran el descanso intelectual necesario para que después sean más fecundas nuestras reflexiones (atención directa).
Según comprueban los autores, los paisajes naturales son ámbitos idóneos para el estímulo de la atención indirecta, la que nos relaja y permite que nuestro intelecto rinda luego mejor.
Este trabajo de Collado & Corraliza que va a publicar Ediciones As Salgueiras demuestra científicamente que los paseos por la naturaleza y las siestas a la sombra de una higuera son efectivamente higiénicos y muy convenientes para combatir el estrés, la saturación intelectual, la fatiga, etc.
El paseo como a actividad relajante, lúdica y enriquecedora emocional e intectualmente nos trae el recuerdo de Thoreau, con un breve y exquisito escrito apologético del hehco de pasear, y a la escuela griega de los peripatéticos, que filosofaban mientras deambulaban; la charla enriquecedora que fluye mientras caminamos sosegadamente en buena compañia.
ResponderEliminarDe la capacidad del inconsciente hablaba Eduard Punset en una charla a la que tuve la fortuna de asistir.
La intuición a menudo nos informa más que la lógica, y la siesta inspiradora o consultar con la almohada parece que tiene fundamento real.
Sobre Roger Ulrich, etc. y los efectos saludables de la naturaleza:
ResponderEliminarhttp://www.casapia.com/foro/post50755.html
Muy interesante.
Más que higiénico yo diría que es muy productivo, mucho más que darle vueltas al problema durante horas sin encontrar la solución es dejarlo reposar a la sombra de una higuera o a la orilla del mar.
ResponderEliminarGracias Manu, es genial que desde As Salgueiras pongas en valor el natural desplazamiento a pie, "el paseo", que propicia la vida de calidad y el pensamiento.
ResponderEliminarHamish Fulton es uno de los principales "land artist" británicos nacido en 1946. Sus caminatas son el concepto artístico del que nacen sus fotografias, cuadernos de viaje y exposiciones.
Fulton cuenta en "Siete caminatas cortas"(Fundación Cesar Manrique, 2005) que caminar es una forma artística de pleno derecho y repasa sus paseos por la Peninsula Iberica.
Ostrás, caminar es una forma artística de pleno derecho!!!
ResponderEliminarPues me voy a poner el móvil en el cogote y me grabaré yendo al curro todos los días. En ese arte yo llevo arrasando desde que mis padres me dejaron ir solo al colegio.
Amigo RR, ese caminar a que se refieren Fulton y Xulio es algo entre el paseo y el viaje, como recorrido y encuentro con el mundo, la naturaleza y uno mismo; me uno al aprecio de la obra de Fulton (que en esto del paseo se diferencia de la también interesante de Richard Long, de quien ya hemos hablado en este blog), tiene algo de lírico y trascendental (lo que lo relaciona con Thoreau) y me recuerda lo mejor que he vivido recorriendo el camino de Santiago (antes y a pesar de Xacobeos y zarandajas).
ResponderEliminarLa Fundación César Manrique se distingue desde ya hace tiempo por calidad de sus trabajos, publicaciones y exposiciones, y en su esfuerzo y compromiso por preservar el legado artístico, intelectual y ecológico de César Manrique y mantenerlo vivo y actual, me alegro que Xulio la cite.
RR, tu caminar hacia el curro podría, bien organizado, entrar en otro género, más próximo a la deriva psicogeográfica de Guy Debord y los situacionistas. ;-)
Vuelvo a reflexionar sobre el paseo en la naturaleza al hilo de lo aquí escrito. Es como si con el deambular tranquilo, abandonándose a las cadencias y sonidos naturales, disfrutando del paisaje, se facilitase el libre fluir del pensamiento, y de la intuición. Últimamente he estado revisando bastantes estudios que evidencian los beneficios sociales y terapéuticos (tanto físicos, que es algo muy sabido por todos, como especialmente psicológicos) del contacto con la naturaleza, hasta sus efectos sobre la longevidad, la calidad de vida y la neurogénesis. Entre las actividades saludables a realizar en la naturaleza, opino que el paseo es de las más enriquecedoras.
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