27 de junio de 2014

LA E-OBESIDAD Y LA DIETA DIGITAL

"El amor a la tecnología no debe ser incondicional". Lo decía esta semana en una entrevista durante su visita a España Daniel Sieberg, periodista, ejecutivo de Google y autor del libro "La dieta digital", un repaso por los abusos comunes en el uso del móvil y las redes sociales, lleno de recetas, a veces muy divertidas, para recuperar el equilibrio entre lo virtual y lo real. "La próxima vez que su hijo o hija aparezca en la cena con un teléfono, ordenador o tableta, intente ponerlo en la nevera el tiempo en que se coma. No le hará ningún daño. Sírvalo después del postre". También propone no contestar a los correos electrónicos que llegan durante las vacaciones o, directamente, programar el ordenador para que los borre de manera automática.



Sieberg, ejecutivo de Google, no es ningún tecnófobo, ni plantea un rechazo del uso de las redes sociales, pero sí invita a tomar conciencia de nuestra relación con las mismas. En este sentido, y aunque no le gusta recurrir al término adicción, ha acuñado la expresión "e-obesidad", como un modo de llamar la atención acerca del exceso de "consumo" de productos digitales y la repercusión que puede tener en nuestra salud física y en nuestra relación con el entorno. El propio Sieberg cuenta que se percató de su propia dependencia en el año 2009, durante una reunión familiar en Canadá. Allí se dio cuenta de que a pesar de estar conectado, no se había enterado de las noticias más relevantes (divorcios, defunciones) porque sus familiares no habían estimado oportuno contarlas en internet. "Era socialmente incompetente, siempre mirando para algún aparato".

En su libro, Sieberg dedica especial atención al riesgo de la "niñera digital", el hábito de dejar que niños cada vez más pequeños jueguen con móviles o tabletas para conseguir que se callen o dejen tranquilos a sus padres. Este modelo amplía todos los riesgos y defectos que desde los años 60 se vienen denunciando acerca del exceso de consumo televisivo por los menores.

La lectura de las propuestas de "La dieta digital" son un buen preludio para esta etapa veraniega que iniciamos tras el solsticio del San Juan. Desconectarnos de las redes, evitar que consultar el mail o el whassap sea lo primero que hacemos al despertar, cultivar las relaciones con amigos reales o el contacto físico con las personas, son algunos buenos propósitos para el verano. "Mi mujer me llamaba luciérnaga porque en la cama mi cara siempre estaba iluminada por la luz de algún tipo de pantalla", dice Sieberg. En Galicia estos insectos reciben el nombre de "vagalumes", aunque muchos preferimos la expresión de "vella facendo as papas", un cuento en cuatro palabras digno del mejor Augusto Monterroso. La luciérnaga, al menos, emite luz propia; nosotros, si nos dejamos dominar de manera acrítica por la tecnología, corremos el riesgo de reducir nuestro papel al de simples satélites.

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