21 de julio de 2014

¿SUFRE USTED DE NOMOFOBIA?

¿Consulta usted el móvil al menos una vez cada hora?¿Abre aplicaciones 60 veces al día?¿Siente pánico ante la idea de salir de casa sin el teléfono móvil? Si es así, es muy posible que esté padeciendo un caso de nomofobia, el conjunto de ansiedades y adicciones generadas en torno al uso compulsivo de móviles y tabletas que un grupo de psicólogos de la universidad de Génova consideran ya una patología. De hecho, el pasado mes de mayo, solicitaron su inclusión formal en el DSM-V, el manual de diagnóstico de trastornos mentales.

En algunas entradas de este blog hemos recogido excesos relacionados con el uso de teléfonos y otros dispositivos móviles. Desde muy pronto, la DGT advirtió del riesgo que suponía el uso del móvil al volante. En los últimos meses hemos llegado al absurdo de casos en los que personas caían al mar desde un paseo marítimo por caminar enfrascados en la lectura de un e-book o en la consulta de su móvil. Hace unos días, leíamos en La Voz de Galicia el caso de Kevin Holesh, un desarrollador de software que, harto de que el uso constante de móviles deteriorara su vida personal y su relación de pareja, ha diseñado Moment, una aplicación gratuita que mide el tiempo diario de uso de móvil y ayuda a controlar su uso.

"Deja el teléfono y vuelve a tu vida"
A aplicaciones como Moment se han unido otras, como Breakfree, Offtime o Menthal, que, en líneas generales, miden el tiempo y el tipo de uso que se da a los dispositivos móviles y ayudan a planificar el uso de manera más racional. Como señala Kevin Holesh, "no se trata de tirar el móvil e irnos a vivir al bosque, eso sería absurdo, sino de aprender a racionalizar el uso de la tecnología". Holesh redujo de 75 a 40 minutos el tiempo diario de uso de su teléfono móvil, y considera que es importante evitar excusas de tipo laboral ("no tiene sentido estar consultando el correo y las aplicaciones profesionales continuamente cuando ya hemos concluido nuestra jornada laboral") y convertir el móvil en remedio contra el aburrimiento ("yo consultaba el móvil hasta en la cola de la compra de la frutería, había perdido la capacidad de disfrutar mirando sencillamente lo que ocurría a mi alrededor").

Con el número de dispositivos móviles en continuo crecimiento (cerca de 7000 millones según los últimos datos de la Unión Internacional de Comunicaciones), si no creamos una cultura de uso racional, la nomofobia amenaza con convertirse en uno de los males característicos del siglo XXI, que amenaza de manera especial a los más jóvenes. Es posible que, según los informes educativos, los niños españoles tengan problemas a la hora de decidir si resulta más barato comprar los tomates por kilo o por caja, pero seguro que no tienen problema a la hora de hacer una comparativa de las tarifas de móvil más convenientes o las que les permiten descargar los juegos de modo más rápido.

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