17 de julio de 2015

EL MUNDO EN UN PARQUE


El diseño de un parque urbano debe fomentar, entre otras cosas, valores sociales como la convivencia, el juego de niños de diferentes edades, las zonas de reposo para mayores... Aunar los intereses de todos los vecinos supone siempre un reto apasionante. En las modernas sociedades multiétnicas, algunos ejemplos resultan especialmente notables. Es el caso del parque Superkilen, que ocupa unos 30.000 metros cuadrados en el barrio de Norrebro, Copenhague. La zona destaca por su multiculturalidad, ya que en ella conviven vecinos de más de 50 países. Ante esta circunstancia, el estudio de arquitectura BIG (Bjarke Ingels group) junto con el apoyo de Superflex y los alemanes Topotek 1, decidieron convertir la diversidad en el eje central del diseño, como una bandera que se exhibe con orgullo.

Concebido como la metáfora de una ciudad en miniatura, el parque se estructura en tres zonas; una barriada roja (pintada de rojo, naranja y rosa) dedicada a deportes, actividades culturales y un mercadillo semanal; una plaza negra, articulada en torno a una fuente, y pensada como una "sala de estar" al aire libre, para charlar, comer, jugar al ajedrez; y un parque verde con colinas, árboles y plantas, pensado para pasear con las mascotas, caminar o simplemente tenderse al sol.
  
Los diseñadores tuvieron en cuenta las sugerencias directas de los vecinos a la hora de trasladar al parque la variedad cultural del entorno. Así se encuentra una fuente de diseño marroquí, bancos de picnic armenios, un pulpo-tobogán de inspiración japonesa, columpios procedentes de Irak y papeleras inglesas. Los más de 108 objetos y especies vegetales de todo el mundo que pueblan el parque le dan un aire de exposición universal permanente. Además, se juega con la ironía de emplear como elementos de ornamentación letreros de neón procedentes de China o Rusia, en sus idiomas originales. Incluso han instalado uno de los toros de Osborne como referencia a España. Un guiño a la nostalgia y también un ejemplo de que el diseño inteligente puede reconvertir en elementos amables los luminosos que en ocasiones degradan la estética urbana.


Además de su apuesta multicultural, el Superkilen es un referente en el diseño de carriles bicis, omnipresentes y bien señalizados, que no entran en conflicto con las actividades del resto de los usuarios. Y por conjugar de manera armónica los espacios reservados a juegos o deportes muy activos (baloncesto, incluso rings de boxeo) con formas de ocio más tranquilas. Como dicen sus creadores, el ocio activo "no solo mejora la salud física, sino que engendra una comunidad más sana. Y es que no importa de dónde vienes, cuáles son tus creencias o qué idioma hablas, siempre podemos jugar al fútbol juntos".

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