19 de abril de 2011

Entender a un hombre de mar

Por Manu Iglesias

Para entender a un hombre que vive haciéndose a la mar y pasa allí sus días, uno tras otro, mecido o zarandeado por las aguas, hay que saber qué le distingue de otros hombres. El impulso natural hacia la libertad está tan arraigado en el ser humano como el miedo o la disposición a llevar una vida cómoda y sin sobresaltos. En el hombre de mar predomina el ansia de libertad. Habrá muchos para los que la mar sea una condena, pero el marino vive para surcarla, para superar sus obstáculos y resistir los embates. Algo distintivo del hombre de mar es que sabe en qué consiste la libertad realmente: no en la ausencia de contrariedades o condicionantes, sino en la firme voluntad de superarlos y proseguir el rumbo que se ha marcado. Para un hombre así, lo habitual es que sean las comodidades y la ausencia de retos lo más esclavizante.

Un hombre de mar se mide a sí mismo por la magnitud de los obstáculos que ha superado. Recuerdo un cuento de Mario Benedetti que describía una recoleta plaza montevideana en la que se reunían los enfermos de tisis. Entre ellos gozaba de mayor prestigio el de peor diagnóstico. Era como si la enfermedad forjara la identidad de aquellos hombres y aquel que la tuviera más dentro, pese a su desgracia, fuera más que el resto. Algo semejante pasa en las salas de quimioterapia o en las cárceles. Pero al hombre de mar no le prestigian las calamidades por el mero hecho de ser calamidades, sino por el tesón, ingenio y buen ánimo con que las supera.

En las tabernas de un puerto, no se admira al armador de un velero de ensueño. Puede que se aprecie el velero, pero no al propietario si no sabe aprovecharlo. Sólo se admira al armador de un buen barco si su experiencia y oficio demuestran que merece tripularlo. Al hombre de mar le gusta un barco si navega bien; en ninguna parte sobran tanto lo superfluo u ostentoso como en un velero oceánico. La belleza de un barco está ligada a la funcionalidad y a la sencillez.

Los navegantes más respetados son aquellos que, aun tripulando una embarcación pobre, se atreven a cruzar los océanos. Y eso que la soberbia está muy mal vista entre los marineros. Quien se ha enfrentado a algo tan poderoso como el océano sabe que el orgullo y la jactancia de nada valen al lado de la experiencia y la modestia. El buen marinero es prudente, por eso suele preguntar más que afirmar. Sabe que en su mundo no hay mayor certeza que la incertidumbre.

Como hombre de mar es paradigmático Bernard Moitessier, que siempre rechazó la gloria y, precisamente por eso, obtuvo una enorme notoriedad. El marino evita lujos y privilegios para vivir libre. No quiere anclarse en una riqueza material que le empobrezca como ser humano. Prefiere una vida modesta y sencilla dejando la pompa y los honores para otros. Es difícil encontrar hoy una forma de vida en la que la felicidad pase necesariamente por una renuncia a las comodidades que nos brinda la vida moderna.

No resulta extraño que en nuestra opulenta sociedad no se entienda la vida del hombre de mar. La náutica es una escuela de vida. Nos enseña límites y nos apremia a aprovechar nuestras posibilidades. No es una afición elitista, sino un modo de vivir sobre el que conviene reflexionar.

23 comentarios:

  1. Océano que te abres lo mismo que una mano
    A todos los viajeros y a todos los marinos:

    Tan sólo para mí eres puño cerrado,
    Para mí solamente tú no tienes caminos.

    Jamás balanceará tu lomo milenario
    La nave que me lleve desde esta tierra mía,
    Ondulada y menuda, a las tierras que sueña
    Mi juventud inmóvil y mi melancolía.

    ¡Ah! océano Atlántico multicolor y ancho
    Cual un cielo caído entre el hueco de un mar:
    Te miro como un fruto que no he de morder nunca
    O como un campo rico que nunca he de espigar.

    ¡Ah! océano Atlántico, fiel leopardo que lames
    Mis dos pies que encadenan el amor y la vida:
    Haz que un día se sacien sobre tu flanco elástico
    Esta ansiedad constante y este afán de partida.

    Juana de Ibarbourou

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  2. Este fin de semana escuchaba una explicación de un científico:
    Al parecer las neuronas cuando no tienen retos, langidecen y mueren.

    nunca sabremos las cosecuencias del edonísmo en la sociedad moderna.

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  3. Creo que Moitessier y Tabarly son buen ejemplo de esos hombre de mar, indomables y resueltos,, sus naufragios (como los del explorador Álvar Núñez Cabeza de Vaca)y reconstrucciones, una muestra del espíritu humano que se sobrepone.Creo que por eso resultan atractivos, y por su compromiso con el mar y consigo mismos. El lujo no les hizo falta, ni la presunción, son mal equipaje.

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    1. cuanta razon en tus palabras!!!!

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    2. Moitessier no lo sé, Tabarly, inmenso navegante, pero un ególatra en estado puro.

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    3. Y que tal Isabel Autissier?

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    4. Tabarly ególatra?....nunca me lo parecio

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  4. Русский стандарт19 de abril de 2011, 16:43

    Al hombre de mar le gusta un barco si navega bien…

    Lo útil como obra de arte me trae a la cabeza aquello de que en la antigua Grecia el arte estaba estrechamente relacionado con la técnica (τέχνη). El resultado de una actividad manual bien ejecutada era arte y, por consiguiente, algo bello. La noción de belleza era más amplia, no estaba restringida a lo que después se entendió como «bellas artes», y convenía a cualquier objeto artesanal adecuado a la finalidad para la que había sido hecho. Aunque su concepción de lo bello no se agotaba en lo funcional, Platón también entendía como bello lo conveniente y útil. Para Platón, por ejemplo, era más bello un cucharón de palo que uno de oro, dado que el primero se ajusta mejor que el segundo a su finalidad. También atribuía belleza a un cuerpo humano en virtud de lo apto que fuera para su fin (correr, luchar, etc.). Pero Platón entendía que debían existir realidades bellas por sí mismas, cuya contemplación al margen de su utilidad también proporcionara una genuina experiencia de la belleza.

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  5. Sentirse parte del mar surcado, como un todo. Es la sensación que más satisfacción me produce del mundo. Ya he comentado muchas veces que mi frustración es no haber sido marinero. Ahora lo intento, pero todavía no lo he conseguido...aunque lo haré. Me ha gustado mucho esta dicotomía de la utilidad la belleza.

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  6. Dicen que hay tres tipos de hombres:

    Los vivos, los muertos y los que se hacen a la mar.

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  7. Para mi la libertad va mucho más allá de las cadenas externas que, muchas veces, nosotros mismos nos echamos encima… La Libertad, con mayúsculas, es la Libertad Interior…esa capacidad del ser humano para descubrir nuestro propio destino… Admiro mucho a los hombres de mar, por su valentía y su tesón y también los envidio, porque imagino que ellos tienen esa capacidad de tomar el timón de su barco y marcar su propio rumbo…
    Contemplar el horizonte, y ver que en una línea incierta se funde el cielo con el mar, pero sin saber dónde, siempre me ha transmitido sensación de libertad…por la profundidad, la incertidumbre, la lejanía… Sin embargo, cuando estuve en Eslovenia y en el horizonte de sus costas veía Italia…no era lo mismo… saber lo que hay al otro lado de la línea le resta misterio y amplitud…

    Para mi la libertad va mucho más allá de las cadenas externas que, muchas veces, nosotros mismos nos echamos encima… La Libertad, con mayúsculas, es la Libertad Interior…esa capacidad del ser humano para descubrir nuestro propio destino… Admiro mucho a los hombres de mar, por su valentía y su tesón y también los envidio, porque imagino que ellos tienen esa capacidad de tomar el timón de su barco y marcar su propio rumbo…
    Contemplar el horizonte, y ver que en una línea incierta se funde el cielo con el mar, pero sin saber dónde, siempre me ha transmitido sensación de libertad…por la profundidad, la incertidumbre, la lejanía… Sin embargo, cuando estuve en Eslovenia y en el horizonte de sus costas veía Italia…no era lo mismo… saber lo que hay al otro lado de la línea le resta misterio y amplitud…

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    1. Hay que ir al otro lado para verlo personalmente, de lo contrario, pasariamos el dia navegando en internet.

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  8. Por cierto, ¡me gusta mucho el nuevo diseño del blog! ;)

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  9. No estoy más familiarizado con el mar que lo que pueda estarlo cualquier turista mesetario. Aun así, a quien lo haya visto con calma, venga de donde venga, le impresiona su inmensidad y el desafío que supone adentrarse en él.

    Por lo que leo, cosas obvias para un hombre de mar son completamente ignoradas por el discurso de los valores dominantes: 1) La libertad no te la conceden ni los políticos ni el estado; si la libertad no la conquistas tú jugándotela, no eres libre. A lo sumo, eres un votante, un consumidor y un contribuyente, pero no un hombre libre. 2) Por segura que sea nuestra sociedad, como nos gusta pensar, la muerte no es nunca algo remoto. No digo que haya que amargarse meditando en la inevitable finitud de la existencia humana, pero tampoco vivir huyendo a toda costa de las dificultades y riesgos, instalándonos en una irrealidad virtual en la que la vida se torna fofa y sin estímulos. Quizá muchos hombres de mar necesiten embarcarse porque instintivamente perciben la ficción en la que vivimos. 3) De la austeridad también podríamos tomar nota. No es cuestión de quemar en una pira cosas que nos pueden hacer agradable la vida, pero sí librarnos de nuestra patológica dependencia de infinidad de cosas que no nos aportan nada. A veces parece que estemos insertos en un sistema de objetos cuya dinámica acaba manejando nuestra vida.

    Por cierto, a mí también me gusta mucho más este nuevo diseño del blog. Os felicito.

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  10. La vieja concepción griega de lo bello como lo adecuado a su función está reñida con la kantiana de lo bello como no vinculado a uso alguno (ya presente en aquel otro matiz admitido por Platón de lo bello por sí mismo) al igual que también Kant contrapone su idea de arte, como algo suficiente en sí mismo, a la de la utilidad vinculada a la τέχνη, téchnē, o técnica, artesanía: lo útil no sería artístico, o lo que en algo hubiera de útil no estaría relacionado con su condición estética (a mí, modestamente, me parece cada vez más importante que el arte hoy en día tenga una "utilidad", al menos social —no me refiero en esto al diseño— y también valoro el oficio, así como incurro en valorar la belleza del objeto bien hecho y sin partes superfluas).

    Otras identificaciones paralelas son la de lo bello como lo bueno o la de una y otra categoría como lo verdadero (la belleza que se desvela, en el sentido con que Heidegger empleaba el término griego ἀλήθεια, alétheia: la Verdad como desvelamiento o desocultamiento, lo que se saca a la luz) o lo que se nos muestra como acorde a su esencia.

    Yo creo que hay algo de esto último en la atracción de un buen barco de que nos habla Manu, el que se corresponda a su esencia, y otro tanto del hombre de mar, allá donde esté: la fidelidad a su propia condición.

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  11. Русский стандарт21 de abril de 2011, 12:54

    En lo que concierne a la relación entre lo bello, lo verdadero y lo bueno, creo que pensadores medievales como Felipe el Canciller, Alejandro de Hales, Alberto Magno o Tomás de Aquino fueron más atinados que Heidegger. La no explícita lectura escotista que hace Heidegger del pensamiento escolástico y del aristotelismo creo que no le hace ningún favor a su obra (que Heidegger dedicara su tesis de habilitación a Duns Escoto es más relevante de lo que él admitía). La altura especulativa de Heidegger no tiene parangón en el siglo XX, pero seguro que habría sido todavía más fecunda si a veces no se le hubiera colado la univocidad del ser escotista en su reflexión.
    En cuanto a Kant, aun con todo el rigor de su discurso, creo que desemboca en importantes aporías, plenamente operativas hoy, por cierto. Lo que el filósofo de Konigsberg denominaba "finalidad sin fin" para caracterizar el objeto estético a mí me parece problemático, por muy influyente que haya sido desde que Kant lo formuló.

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  12. Para ilustrar la relación entre lo útil y lo bello puede servir, por ejemplo, un revolver modelo 820 de la serie ALFA 38 especial. Admite menos munición que una pistola semiautomática, y dispara menos cartuchos por minuto que la mayoría de armas de fuego actuales. Pero usa cartuchos 38 especial, al ser un revolver no se encasquilla, es muy ergonómico y proporcionado en sus dimensiones. Muchísimos aficionados a las armas disfrutan observando este simple revolver checo. No es un 357 magnum, pero funcionalmente tiende a la perfeción como arma de defensa personal, fácilmente portable y de gran potencia para sus contenidas dimensiones.
    Sobra decir que no es nada bello lo que se puede hacer con un 820. Sería más bello un mundo en el que no hubiera armas, pero hay gente que siente un gozo artístico ante un 820, aunque no lo usen ni tengan pensado usarlo jamás. Les parece una obra de arte por la eficacia de un objeto sencillo, bien construido, relativamente económico y sin oadornos.

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  13. Estoy bastante de acuerdo con el autor de este magnífico artículo cuyo único fallo es no mencionar que el navegante de la fotografía no es otro que Robin Knox-Johnston. Para entender un poco más a este a Moitessier, Dumas, Chichester, Ugarte y tantos otros navegantes soolitarios, ver: http://www.navegar-es-preciso.com/news/la-navegacion-oceanica-en-solitario-en-peque%c3%b1os-veleros-/

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  14. Sólo te enamoras del mar cuando lo abrazas y te abraza, cuando te golpea y te acaricia...en fin, como la vida al palo

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  15. Sólo te enamoras del mar cuando lo abrazas y te abraza, cuando te golpea y te acaricia...en fin, como la vida al palo

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  16. libertad pasa por la desición , tanto en el mar , como en el amor, https://www.youtube.com/watch?v=h-tnteorMho

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