26 de febrero de 2016

COMUNIDAD, PARTICIPACION Y DISEÑO

En los últimos meses, podemos comprobar como agendas políticas, tertulias y análisis sociológicos coinciden en reclamar un incremento de la participación ciudadana en los procesos de gestión y toma de decisiones de "la cosa pública". Existe un cierto consenso acerca de la necesidad de contar de modo permanente con las opiniones, con el concurso de la sociedad civil, como un modo de generar mejores modos de convivencia. En As Salgueiras siempre hemos seguido con interés las iniciativas comunitarias y vecinales de autogestión, relacionadas por ejemplo con la recuperación de espacios degradados y la puesta en valor de patrimonio cultural o etnográfico. Y esta filosofía se traslada también al trabajo de diseño de espacios públicos de nuestros compañeros de Galopín.

Por eso compartimos la filosofía de Susan G. Solomon, doctora en Historia de la Arquitectura, consultora de la firma de diseño de espacios Curatorial Resources & Research y autora del libro "The science of play". Solomon considera que el diseño de espacios de juego debe contar siempre con la opinión de los vecinos, de los padres y, también, de los niños, los destinatarios finales de los juegos; esa parte de la población por la que siempre nos preocupamos pero a la que no siempre escuchamos con la atención que deberíamos.


Como consultora y planificadora, Solomon plantea una serie de preguntas a formular a los menores, que nos recuerdan, en cierto sentido, las sensaciones de aventura asociada al descubrimiento de libros como "Tom Sawyer". A su juicio, deberíamos preguntar a los menores por el sitio más alto al que han subido, el sitio en el que les ha dado más miedo estar, dónde les gusta jugar con sus amigos, qué juegos inventan, dónde les gusta jugar solos o qué cosas hacen que sus padres preferirían que no hiciesen. A los adultos, Solomon les propone rememorar su infancia, que hablen del barrio en el que crecieron, de cómo eran los juegos entonces, de qué juegos comparten ahora con sus hijos y, sobre todo, que reflexionen en voz alta en torno a qué sensaciones desean que experimenten sus hijos cuando juegan.

Desde su formación como historiadora de la arquitectura, Solomon tiene una visión evolutiva, diacrónica, del mundo de los parques. Pero sin negar la evolución en temas como el uso de nuevos materiales o las normas de seguridad, sus tesis nos recuerdan la importancia de convertir los parques y zonas de juego en lugares que fomenten la convivencia, el aprendizaje, el desarrollo personal y, también, esas sensaciones de reto, de desafío, de atreverse a un poco más, que constituyen parte esencial del juego.

19 de febrero de 2016

ACARICIANDO LA GIOCONDA

El desarrollo de las nuevas impresoras 3D está revolucionando procesos industriales, planteando nuevos retos y abriendo nuevos caminos a ingenieros, diseñadores, médicos.... Estos días, la prensa se hacía eco de las posibilidades de esta tecnología a la hora de acercar el arte a las personas invidentes. Empresas como la española Estudios Durero o la americana 3D Photoworks, realizan impresiones en tres dimensiones de algunas de las obras de arte más famosas de la Historia (La Gioconda de Leonardo, El caballero de la mano en el Pecho del Greco, El retrato del doctor Gachet de Van Gogh) de manera que personas con discapacidad visual puedan "sentirlas" mediante el tacto.


En España, la ONCE cuenta desde hace años con un museo tiflológico, con maquetas y reproducciones de obras de arte que las personas invidentes pueden tocar para formarse una imagen de las distintas piezas. Al igual que con libros escritos en el sistema braille o los pentagramas en relieve, estas iniciativas tratan de facilitar el acceso a la cultura de las personas invidentes, para las que muchas veces el arte o la arquitectura son solo nombres y palabras desprovistos de una referencia sensorial real. En el museo, los visitantes pueden conocer, mediante el tacto de modelos a escala, obras como el Coliseo, la catedral de Santiago o la Sagrada Familia. La tecnología 3D simplifica el proceso de realización de las maquetas y permitirá sin duda ampliar los fondos de este tipo de instituciones.


En As Salgueiras compartimos esta filosofía de integración, de superación de barreras, con nuestras actividades de terapia equina dirigidas a niños con necesidades especiales. Y nuestros compañeros de Galopín han buscado siempre en sus diseños de espacios de juego la integración de menores con problemas de movilidad. Una rampa de acceso más larga y con menos pendiente o una zona de guro con algunos centímetros más de ancho pueden marcar la diferencia entre que un niño en silla de ruedas mire el juego desde lejos o se integre en él como uno más. El diseño sirve, sobre todo, para dar respuestas adecuadas a las necesidades de las personas. Las personas con discapacidad no tienen necesidades especiales; quieren acceder a la cultura, al empleo, gozar del mayor grado posible de autonomía personal. Lo que son diferentes son las herramientas, las soluciones, los apoyos que deben emplear para lograrlo. Un niño con una discapacidad o con problemas de movilidad necesita el juego tanto (posiblemente más) como cualquiera de sus compañeros y es responsabilidad de empresas y administraciones el fomentar el diseño de espacios públicos que le permitan hacerlo.

12 de febrero de 2016

ESTUDIAR SIN TABLETS EN SILICON VALLEY

Hace algunas semanas os comentamos en este blog los resultados de estudios recientes que cuestionan el modo en que se están introduciendo las nuevas tecnologías en las escuelas. Según los primeros resultados, los niños que estudian con lápiz y papel, tomando notas y subrayando los libros, obtienen mejores resultados que aquellos que emplean una tablet en el aula. Esta tesis de que sistemas tradicionales como el subrayado o la toma de apuntes permiten aprehender mejor los conocimientos viene refrendada por buena parte de los ejecutivos de las principales empresas de Silicon Valley, muchos de los cuales envían a sus hijos a una pequeña escuela Waldorf, de tan solo 9 aulas, en la que no hay tablets, ni siquiera conexión wifi.
Tizas y reglas tradicionales en la escuela Waldorf de Silicon Valley
Las escuelas Waldorf fueron fundadas en 1919 en Alemania por el pensador Rudolf Steiner, que deseaba diseñar un sistema educativo que atendiese a las necesidades de mente, cuerpo y espíritu. Refrendado por la Unesco, el sistema pedagógico se basa en el reconocimiento de tres grandes etapas formativas en la infancia: de los 0 a los 7 años, de los 7 a los 14 y de los 14 a los 18. Su sistema educativo recuerda los principios de la mayéutica de los filósofos griegos (ayudar a florecer la sabiduría y las potencialidades que ya posee el ser humano). Además priman el contacto con la naturaleza y la enseñanza de las Artes como complemento de la formación en asignaturas como ciencia, matemáticas o lengua.
Clase de punto en una escuela Waldorf
Con respecto a las nuevas tecnologías, los responsables de este tipo de escuelas consideran que no tiene sentido introducirlas en la etapa formativa temprana. Los cambios en el entorno social y en las demandas del mercado laboral no alteran el ritmo de desarrollo físico y mental de los niños. Los niños siguen creciendo a su propio ritmo, por ello es importante, dicen, mantener el foco en el individuo, para que su formación no quede en segundo plano por las prisas por atender "el ruido" que genera un entorno cambiante. Los centros Waldorf fomentan el sentido de maravilla y de descubrimiento del mundo. E invitan a los niños a vivir experiencias como encuadernar sus propios libros de texto o coser un calcetín. "Si puedes coser tu ropa o tocar un instrumento, te sientes capaz de todo, de construir un cohete", afirma Peter Nitze, alumno del centro e ingeniero. 

Del mismo modo, estos centros reservan un hueco en su programación para el juego libre. "Cuando los niños juegan y se mueven libremente en actividades decididas por ellos mismos de un modo responsable, experimentan oportunidades de aprendizaje que no se pueden reproducir de otro modo y para las que no hay sustitutos", asegura Judit Falk. Con respecto a la tecnología, la filosofía de estas escuelas se podría resumir con la expresión tradicional "cada cosa a su tiempo". Porque como parecen entender bien los directivos de Silicon Valley, el futuro solo se puede construir si sabemos conservar todo lo que de valioso nos aporta el pasado.

29 de enero de 2016

JUGAR EN EL FIN DEL MUNDO

Por desgracia, los últimos meses han sido pródigos en noticias trágicas relacionadas con el flujo de refugiados que, huyendo de la situación de conflicto en Siria, llegan a distintos puntos de Europa. Algunas de las imágenes, terribles, de ahogados en las costas de Grecia, han recordado que los niños son, como siempre, las mayores víctimas de las guerras. Porque incluso cuando se diseñan programas de atención o asentamientos de refugiados, los programas de los gobiernos, e incluso de muchas oenegés atienden a las necesidades fundamentales (alojamiento, comida, higiene) pero olvidan las necesidades específicas de la infancia.

A través de webs com Playscapes o Citylab hemos podido conocer el trabajo que desarrolla el estudio de diseño Catalyticaction, que entre sus iniciativas de cooperación en países en desarrollo ha incluido la construcción de un parque de juegos en un asentamiento de refugiados sirios en Beirut, Líbano. Catalyticaction es un estudio sin ánimo de lucro que desarrolla proyectos que buscan solventar necesidades de los sectores más necesitados de la población a la vez que llama la atención sobre la necesidad de impulsar cambios en la mentalidad social e incentivar las iniciativas de cooperación. Cuentan con proyectos para dar a conocer la situación de los asentamientos palestinos, programas de agricultura urbana y gestión de residuos en Kenya o iniciativas de arte participativo en distintas escuelas africanas.


Reflexionando sobre las condiciones de los niños refugiados Riccardo Conti, director ejecutivo del estudio recordaba que "el primer paso debe consistir en garantizar la educación de los menores.El segundo, poder ofrecer a los niños un espacio en el que ser simplemente niños". En la configuración del parque se buscó combinar lo lúdico con lo deportivo, aprovechando además los materiales disponibles en un ejercicio de reciclaje marcado por la necesidad pero también por la voluntad de educar en el uso responsable incluso en estas condiciones. El estudio pidió a los niños que hiciesen dibujos de cómo sería el campo de juegos ideal. Los resultados fueron similares a los de cualquier lugar del mundo: los chavales sirios querían un espacio verde con flores, hierba, columpios, toboganes, cuerdas para colgarse o tirar... Un sueño modesto que, como nos recuerda Catalyticaction, queda fuera del alcance de millones de niños en el mundo.

22 de enero de 2016

EL MIEDO A LA REALIDAD DE LOS HIKIKOMORIS

Un excelente trabajo de la periodista Marta Caballero nos recordaba estos días el incremento de casos de "hikikomoris" que se están registrando en nuestro país. Esta patología psicológica se caracteriza por la negativa de los pacientes a salir de su cuarto. Se elimina el contacto físico con el mundo exterior y el tiempo se consume en relaciones virtuales a través de las redes sociales, partidas de juegos online o visionado de series y películas en la televisión. Este tipo de comportamiento se detectó por primera vez en Japón, país del que recibe su nombre, y se consideraba como un ejemplo extremo de los riesgos de vivir en una sociedad hipertecnificada en la que la realidad se acaba percibiendo como hostil o cargada de peligros frente al mundo ideal de las tecnologías.


Lo cierto es que el fenómeno resulta más complejo de lo que inicialmente se suponía. En algunos casos, los hikikomoris presentan rasgos semejantes a los del síndrome de Diógenes, acumulando restos y suciedad en sus habitaciones. En otros, el encierro extremo puede ocultar casos de acoso escolar o depresión derivada por la pérdida de un puesto de trabajo. La mayoría de los historiales registrados afectan a varones de entre 18 y 25 años, pero los expertos en trastornos mentales coinciden en señalar que el abanico se está ampliando y que existen muchos casos sin detectar o comportamientos que se sitúan en el umbral de lo patológico y, por ello, pasan inadvertidos.


Como hemos defendido en varias ocasiones en estas entradas, creemos que una parte fundamental de la educación debe orientarse para erradicar en los niños el miedo al fracaso. El fracaso no puede ser percibido como un valor absoluto. Si acertamos, intentamos cosas nuevas. Si nos equivocamos, lo intentamos de nuevo de otro modo. En cualquier caso, el aprendizaje no se detiene. Asimismo, parece fundamental concienciar a las autoridades públicas de la necesidad de apostar por un diseño inteligente de espacios públicos que fomente la convivencia, como factor esencial de socialización. Si los niños juegan, discuten, ganan, pierden, pactan, discuten, comparten y crecen juntos... habrá menos riesgo de que perciban las dificultades de la adolescencia como un muro de llamas insalvable que les lleva a encerrarse detrás de una pantalla en la soledad de su cuarto.


15 de enero de 2016

PARA EDUCAR CON LA LECTURA

Al volver de las vacaciones, un amigo nos comentaba en As Salgueiras los deberes escolares de su hija durante las pasadas Navidades. Entre esas tareas se encontraba leer un libro (Nata y Chocolate de Alicia Borrás) acerca de la amistad que se establece entre una niña blanca albina y un niño negro, que juntos aprenden a superar las burlas y el aislamiento que sufren en el colegio. El libro plantea temas tan interesantes como el respeto al diferente, cómo reaccionar ante el acoso escolar, la importancia de los amigos... Sin embargo, al reanudarse las clases, el profesor pasó a los alumnos un control tipo test: "cómo se llamaba la amiga de Nata?; Cuántas fotocopias encargó la profesora?". Es decir, preguntas que sólo aspiraban a comprobar si los niños habían leído el libro.

En As Salgueiras, donde defendemos el juego libre como parte del proceso formativo de la infancia, apreciamos también las tesis del pedagogo y novelistas francés Daniel Pennac, autor de un Decálogo de derechos del lector. Pennac considera que para fomentar la lectura entre los jóvenes es preciso huir de esquemas rígidos, iguales para todos. "Una clase no es un regimiento que marca el paso, sino una orquesta que trabaja sobre una sinfonía", es una de sus citas más conocidas. En su ensayo Como una novela, el autor francés invita a personalizar los procesos de lectura. A que los jóvenes elijan los libros; a respetar sus interpretaciones o corregirlas sin despreciarlas o ridiculizarlas; a saltarse páginas de las obras clásicas más densas; a leer en rayuela, saltando capítulos, avanzando para volver atrás; a leer más de una vez...Lo importante es que los niños aprendan a leer y a disfrutar del contacto con los libros. Y para eso, es fundamental que los niños puedan apropiarse de los libros, descubriendo poco a poco qué y cómo quieren leer.


Como algunos profesores, los adultos tendemos a convertir el proceso de educación en una sucesión de puntos de control (te lavaste los dientes?, acabaste los deberes?, ordenaste tu cuarto?). Sin apenas darnos cuenta, nuestras preguntas ponen el acento en comprobar el resultado, si se ha completado una tarea que, sin duda, es importante. Pero en la obsesión por comprobar "qué" se ha hecho, olvidamos los aspectos fundamentales de la formación; por qué lo hacemos, cómo se ha hecho y qué aprende el niño en el proceso. Preguntar por el número de fotocopias en lugar de por qué los compañeros tratan diferente a una niña albina parece toda una metáfora de esa falta de color, de matices, que tantas veces se echa en falta en los procesos educativos.

8 de enero de 2016

EMPEZAR SIN MIEDO

El inicio de un nuevo año resulta, inevitablemente, una época de balance, de revisión de los bueno y malo de los últimos doce meses. En paralelo, es también el momento de hacer nuevos propósitos (hacer más ejercicio, dejar el tabaco, dedicar más tiempo a la familia o los amigos...). En As Salgueiras, además de desearos a todos un año lleno de ilusiones, proyectos cumplidos y felicidad, os proponemos acompañarnos en el deseo de iniciar un año sin miedo. O al menos, retirar el miedo como un factor omnipresente en los procesos educativos.
Como dice sir Ken Robinson, uno de los mayores expertos en educación del mundo, al inculcar en las escuelas el miedo a la equivocación, estamos cerrando las puertas a la creatividad. El miedo al fracaso genera estandarización negativa, esto es, se inculca a los niños el valor de no destacar, de no distinguirse, se ridiculiza al que no acierta... Las escuelas, al final, recuerdan a los procesos productivos de las cadenas de montaje y olvidan que "la imaginación es la fuente de todos los logros humanos". El miedo a que nuestros hijos fracasen no contribuye a lograr que triunfen ya que, como dice Robinson, "ellos van a trabajar en ocupaciones que ahora a lo mejor no somos capaces de imaginar".
El miedo genera audiencias, por eso en una sociedad pendiente de los medios, es fácil percibir la educación como una sucesión de problemas irresolubles que requieren tratamiento médico o psicológico. Otro experto, Michel Fize, asegura que "nuestro conocimiento actual de los adolescentes proviene casi exclusivamente del estudio de sujetos enfermos. Los adolescentes felices, como los pueblos felices, no tienen historia". Repetir continuamente el mantra de que la adolescencia es una etapa compleja, genera en los adolescentes actitudes acordes con lo que se espera de ellos, como dice José Antonio Marina, llegamos a un caso de profecía autocumplida. Acabamos teniendo los problemas que prediseñamos con nuestro miedo.

Como adultos, por desgracia, muchos tenemos motivos para preocuparnos acerca de lo que nos depara el 2016. Pero sin duda el año será mejor si entre todos conseguimos poner un grano de arena para conseguir desterrar de la educación de nuestros hijos el miedo al fracaso escolar, el miedo a ser diferente, el miedo a avanzar más lento (o más rápido). El futuro, lo dijo Shakespeare, es un país desconocido pero eso no significa que debamos viajar hacia él con miedo.

16 de diciembre de 2015

BAÑOS DE BOSQUE

La generalización de la conciencia ecológica ha introducido en el lenguaje común la metáfora que equipara los bosques con los pulmones del planeta. Después de campañas emblemáticas centradas en la conservación de las ballenas o la descontaminación de los océanos, la lucha contra la deforestación del Amazonas o de las selvas de Asia, se ha convertido en otro de los objetivos clave en la agenda ambientalista.


Pero junto con esta necesidad de equilibrio a escala planetaria, los bosques son también una fuente de salud directa para el individuo. En Japón se practica desde los años 80 la terapia del "shinrin-yoku", que los anglosajones han traducido como baños de bosque aunque literalmente vendria a significar algo así como "dejar que la naturaleza entre por los cinco sentidos". El país asiático, que tiene casi un 70% de su suelo cubierto por bosques, cuenta con medio centenar de centros oficiales en los que practicar esta terapia, que consiste en dar un paseo de unas dos horas, combinado con una serie de ejercicios de respiración. Entre los participantes asiduos en estas sesiones de shinrin-yoku desciende la media de infartos, la ansiedad y aumenta la producción de glóbulos blancos que luchan contra las infecciones o el cáncer. 
La iniciativa nipona se ha extendido a países como Corea del Sur, que ha invertido 140 millones de dólares en un centro nacional de terapia del bosque, o en Finlandia, siempre atento a todas las novedades relacionadas con la silvicultura. Además, los inmunólogos estudian ahora los efectos beneficiosos de la inhalación de determinados aceites que segregan los árboles de más de 25 años. Nuestros compañeros del grupo Gefico participan de hecho en un proyecto (Interconecta) en el que aportamos equipamiento de tratamiento de agua y aire y contar con una empresa forestal que está trabajando en una línea de aceites esenciales. Porque más que escenario amenazador en los cuentos infantiles, o proveedor tradicional de caza y combustible en un modelo de explotación simplemente extractivo, el bosque se presenta ahora como una fuente de salud que apenas comenzamos a saber explotar.

23 de noviembre de 2015

MEDITACIONES SOBRE EL LATIDO DE UN CABALLO

A mediados del siglo pasado, Ernst Gombrich escribió un precioso ensayo sobre Arte que se titula "Meditaciones sobre un caballo de juguete", en el que muestra la capacidad de las imágenes para emocionarnos y generar ilusiones paralelas a la realidad. El juguete de palo con su cabeza de cartón se convierte en un caballo y llena de sentido el juego del niño. Estos días, un artículo de prensa nos recordaba algo que en As Salgueiras tenemos siempre presenta: el valor psicológico y curativo del contacto del hombre con los animales, y nos proponía, literalmente, meditar tumbado sobre un caballo.
El precioso texto de Juan Fornieles nos hace compartir la emoción del periodista a medida que se acerca y se comunica con el caballo. Cuando se tumba sobre el animal y se deja mecer por su respiración, cae en la cuenta de que está viviendo el recuerdo de la experiencia prenatal. Durante el proceso de gestación no estamos solos. Junto a nuestro corazón, como un eco más potente, sentimos los latidos del corazón de nuestra madre. En cierto sentido, nacer, individualizarnos, supone perder aquel recuerdo. El artículo de Fornieles recoge una jornada de meditación con Fernando Noailles, el gaucho uruguayo que lleva años en Madrid promoviendo la doma racional, el buen trato a los animales y desarrollando terapias equinas que fomenten la integración social de ex convictos, adolescentes con problemas o personas con distintas discapacidades y/o  problemas psicológicos, un campo que, como ya os hemos contado en este blog, también hemos desarrollado en As Salgueiras.
En la mitología griega, al centauro se le atribuía una enorme sabiduría, asociada a su parte humana, unida a una faceta bestial, de descontrol de sus pasiones, surgida de su faceta animal. Pero no parece que los griegos acertaran en este caso en la atribución de rasgos. Las terapias con equinos nos enseñan que la sabiduría de su ritmo natural es el mejor remedio para aprender a controlar las emociones humanas, esas que tan a menudo se ven desbocadas por el ritmo de la vida contemporánea

EL TRABAJO DE JAIRO EN MEDELLIN



Jairo desde las impresionantes UVAs que está construyéndo en una de las laderas de Medellín, oteando su querida ciudad
Jairo dirige alguno de los proyectos de urbanismo social que han posicionado a Medellín como la ciudad más innovadora del mundo. Ingeniero de profesión, podríamos decir que Jairo encarna el código genético de un " paisa de pura cepa" (a los nativos de Medellín se les denomina Paisas en Colombia ). Como todos los Paisas; Jairo es simpático al extremo, continuamente está sacando punta a las frases, jugando con el doble sentido y riéndose de todo, empezando por él mismo. Varias veces rompimos a llorar de risa con sus ocurrencias.

Sorprende que una persona de tanta relevancia en su ciudad, tenga un talante tan sencillo y humano. Se nota  cuando visita sus obras y los operarios lo saludan enardecidos cuando invoca a su equipo del alma, el Nacional de Medellín. Como buen paisa, es un aficionado del Nacional, pero también un gran devorador y elaborador de mondongo. Jairo presume de cocinar el mejor mondongo y también es capaz de zamparse toda una cazuela de callos con aguacate, plátano y arroz y al acabar tan pancho, corre arriba y abajo por sus enormes y laberínticas obras encaramadas como las casas colgantes de Cuenca, en las laderas de Medellín.

No es extraño que Jairo este orgulloso de su trabajo, él sabe que cambia la vida de las personas, les da dignidad y sentimiento de pertenencia. Para nosotros ha sido una experiencia única visitar las instalaciones de lujo que de forma totalmente gratuitas, disfrutan las clases más desfavorecidas de su ciudad. Jairo comparte con Juanmi el arquitecto canario que ya citamos en este blog, esa vocación del activista social enamorado de su profesión y de su visión humanista y social.


13 de noviembre de 2015

ESPACIO PÚBLICO Y AUTOESTIMA SOCIAL

Esta semana hemos tenido la oportunidad de reunirnos con amigos y expertos en Colombia para debatir en torno al diseño de los espacios públicos del futuro y los valores pedagógicos y sociales que se generan en torno a un proyecto bien elaborado. Las jornadas "Espacio Público y autoestima social" reunieron en Bogotá y Medellín a cerca de 200 personas, técnicos, arquitectos ingenieros, pedagogos y todo tipo de colectivos interesados en los aspectos técnicos y sociológicos del diseño de espacios urbanos.
Parque de los Pies Descalzos. Medellín

Como siempre que organizamos unas jornadas de estas características, tratamos de compartir con los demás los saberes que hemos acumulado en tantos años de colaboración con profesores, médicos, psicólogos, pedagogos... Pero sobre todo, viajamos para seguir aprendiendo. Colombia es, ahora mismo, uno de los países más innovadores y dinámicos de Sudamérica. Además, un recorrido por sus principales ciudades supone un magnífico ejemplo del papel que desempeñan los parques y los espacios públicos en los procesos de recuperación urbana y regeneración social. Los avances en la lucha contra la violencia, las zonas degradadas, el narcotráfico, han quedado reflejados en el mapa urbano de las ciudades. El parque del Tercer Milenio, desarrrollado en los 90, se convirtió en un reflejo de las medidas de recuperación de la barriada del Cartucho, entonces foco de delincuencia. En Medellín, el parque de los Deseos o el de los Pies Descalzos (con recorridos para descalzarse y sentir el contacto con la naturaleza) se han convertido en un reflejo de la nueva imagen de la ciudad y marca de la superación de un pasado cargado de connotaciones negativas.

Parque del Tercer Milenio. Bogotá

Un parque es a la vez un hito y una herramienta. Un hito que marca el progreso de una comunidad, el territorio ganado al desánimo, al individualismo, al deterioro, a la desidia... Y una herramienta que nos permite trabajar para continuar mejorando la calidad de nuestros entorno, que es una de las maneras de contribuir a fomentar la calidad de nuestra convivencia. Mejorar los espacios públicos hoy equivale a mejorar las sociedades del mañana.

11 de noviembre de 2015

LA FIRMA GALLEGA GALOPIN PLAYGROUNDS ORGANIZA DOS SEMINARIOS SOBRE EL DISEÑO DE ESPACIOS PÚBLICOS EN COLOMBIA





Expertos internacionales debaten en Bogotá y Medellín acerca de urbanismo, pedagogía, diseño o normas de seguridad a tener en cuenta en la planificación de parques o zonas de recreo.

Analizar los elementos necesarios para diseñar parques y espacios urbanos de calidad, que contribuyan a la educación de los niños o que integren las necesidades de la tercera edad o de colectivos afectados por alguna discapacidad es el objetivo del seminario “Espacio Público y Autoestima Social”, que la firma gallega Galopín Playgrounds celebra los días 10 y 11 de noviembre en Bogotá y Medellín, Colombia. En el encuentro participarán ingenieros, diseñadores o certificadores de normativas de seguridad, para abordar una perspectiva de conjunto acerca del papel de los espacios públicos como dinamizadores del espacio urbano.

“Un espacio público bien diseñado se convierte en un agente de socialización, reúne a niños y mayores y les hace sentirse miembros de un colectivo que comparte valores, normas de convivencia. Por eso los parques se convierten en potentes herramientas a la hora de regenerar entornos degradados”, asegura José Manuel Iglesias, presidente de Galopín Playgrounds y del Cluster Gallego de la Madera y el Diseño.

Con una amplia presencia en mercados internacionales, Galopín cuenta con diversos proyectos en Colombia, así como en otros países sudamericanos. “En el desarrollo de nuestra actividad empresarial tenemos la suerte de colaborar con arquitectos, profesores, ingenieros, pedagogos... Estas jornadas son una manera de sintetizar una parte de esos conocimientos y ponerlos a disposición a todos los agentes sociales interesados en la gestión de los espacios públicos”, asegura Iglesias.

Las jornadas contarán con la intervención de Javier Aguilera, director del Igape, que analizará las relaciones empresariales entre Galicia y Colombia. Entre otros ponentes, José Manuel Iglesias analizará la relación entre espacio público y autoestima social; Manuel Mosquera expondrá las normas de seguridad que permiten reducir la accidentabilidad en los parques; Jorge Morillo analizará el proceso global de concepción de un espacio de ocio, desde la idea inicial hasta el proceso de construcción.


El programa completo así como información adicional sobre las jornadas puede consultarse en la web: www.pedagogiayespaciopublico.com

3 de noviembre de 2015

ESCRIBIR PARA PODER APRENDER

Las sociedades occidentales concebimos el progreso como un sistema de eliminación. El nuevo invento, la nueva idea, el paradigma de moda, se impone como absoluto y relega al olvido, o al vertedero de basura, a su predecesor. En el mundo físico, este modo de pensar genera una cultura del despilfarro y la ingente generación de desperdicios. En el mundo de las ideas, lleva muchas veces al olvido de tradiciones valiosas, de saberes que se pretende relegar porque, aparentemente, han perdido su utilidad.


Ahora que muchos colegios parecen empeñados en una carrera por eliminar los libros y los cuadernos para sustituirlos por tabletas u ordenadores, los expertos en neurología, psicología o procesos de aprendizaje están empezando a advertir de las posibles repercusiones de privar a los menores del ejercicio de la caligrafía. En síntesis, lo que muchos expertos sostienen, es que los ordenadores son excelentes a la hora de buscar datos, información, imágenes... pero que no son tan buenos (o que no deben ser empleados de modo excluyente) en los procesos que garantizan el aprendizaje. El cerebro trabaja de modo diferente si tenemos que trazar una "a" con un lápiz que si nos limitamos a pulsar la tecla "a" de una pantalla. Para aprender necesitamos primero aprehender, recopilar los datos, organizarlos de modo coherente pero también personal de manera que nuestro cerebro pueda procesarlos e integrarlos. Al final, el viejo sistema de "tomar apuntes" con un bolígrafo y una libreta, obliga a escuchar al que habla, seleccionar casi sobre la marcha los datos más relevantes y completar, concluida la clase, el esquema final. Y a lo largo de ese camino aprendemos.


Muchos países orientales, sede de multinacionales que fabrican excelentes calculadoras, mantienen sin embargo la tradición milenaria del cálculo con ábaco, que aquí hemos perdido. En uno de sus cuentos espaciales, Arthur C. Clarke fabula la historia de una nave cuyo sistema de ordenadores se ha averiado y su tripulación se salva porque uno de los pilotos sabe manejar el ábaco, con el que calcula la ruta de vuelta a la Tierra. Es una buena advertencia de que el progreso no pasa por eliminar sin más las tradiciones, sino por saber conservar lo que tienen de valioso.

23 de octubre de 2015

ESPACIOS PÚBLICOS PARA LAS PERSONAS, NO PARA LOS AUTOMÓVILES

Al margen de sus consecuencias económicas y legales, así como del daño causado a la imagen de seriedad alemana, el escándalo en el fraude de control de emisiones de los vehículos Volkswagen ha vuelto a traer al primer plano de la actualidad la importancia de las políticas medioambientales, retiradas a un segundo plano de la agenda informativa durante los años más duros de la crisis económica. En esta revisión, se está recuperando el debate acerca del papel del automóvil en la organización de la sociedad y el urbanismo occidentales. El automóvil ha heredado la connotación romántica de libertad individual asociada al vaquero que galopa con su caballo hacia la puesta de sol. Todavía hoy la mayoría de las campañas publicitarias recurren a esa libertad como reclamo para incentivar la venta.
Hace unos días, Carlos Moreno reflexionaba en El País sobre la necesidad de construir espacios públicos para todos, al hilo de la celebración, el pasado 5 de octubre, del día del Hábitat. En su interesante artículo, Moreno recuerda que "el reconocimiento actual del papel crucial de los espacios públicos va acompañado de una voluntad de reconquista. Salimos de varias décadas dominadas por el paradigma del coche individual: desde la posguerra, los espacios públicos de las ciudades eran ante todo vías dedicadas a los vehículos de dos y cuatro ruedas. Así pues, asistimos a un cambio profundo: los espacios públicos son redescubiertos por el público, el público urbano, que los hackea y se adueña de ellos para remodelarlos a su imagen". Y también estos días, Pedro Bravo reflexiona en su blog sobre las diferencias culturales entre Occidente y Japón. Allí, es frecuente ver a niños de seis u ocho años caminando solos por Tokyo, volviendo de la escuela o camino de un recado. Aquí, un afán sobreprotector y el peso del tráfico nos lleva a retirar a los niños de las calles, que ya no son escenario de juego y, a menudo, tampoco zona de paso, a no ser que sea bajo la supervisión de un adulto.
Parece claro que la calidad del espacio urbano es inversamente proporcional a la intensidad del tráfico. Quizá resulte utópico o poco realista tomar al pie de la letra los eslóganes de "ciudad libre de coches" de los años 90. O quizá debamos de ser todavía más imaginativos: el reto no consiste en diseñar una ciudad para los coches y luego aplicar medidas para retirarlos; el reto consiste en diseñar ciudades para las personas, niños, adultos y ancianos, e insertar luego el automóvil individual sólo en la medida en que éste se ajuste a ese diseño, sin pervertirlo o sin dañar la habitabilidad.

9 de octubre de 2015

INTEGRAR LA FRUSTRACIÓN

La noticia corta la respiración. Un niño estadounidense, de solo 11 años de edad, ha matado a su vecina, de 8, tras una discusión en torno a unas mascotas. Al parecer, el niño quería jugar con el cachorro que le habían regalado a la niña y ésta no le dejó hacerlo. Furioso, el chaval entró en casa, cogió la escopeta de su padre y disparó desde su ventana a la pequeña. Las peculiaridades culturales de EEUU hacen que este tipo de sucesos se repitan, por desgracia, con una cierta frecuencia. Muchos hogares cuentan con un arma y no siempre se toman las medidas de seguridad apropiadas para que su acceso esté vedado a los menores. En algunos casos, son los propios padres los que consideran parte del proceso educativo enseñar a disparar a sus hijos, y acuden con ellos a campos de tiro.
Junto con una reflexión acerca de qué objetos deben estar o no al alcance de los niños, y de cómo deben plantearse las medidas de seguridad, el suceso nos recuerda a todos la importancia de generar modelos educativos y sociales que ayuden a los menores a integrar la frustración. Vivimos insertos en una cultura de satisfacción inmediata en la que buena parte de nuestras necesidades se obtienen a golpe de un simple "click": enviar un mail, buscar un dato en Google, encender la tele o el mp3... Incluso desde antes de la revolución digital, se ha generado una cultura basada en una interpretación errónea de la idea de que "el que se esfuerza lo consigue". A menudo olvidamos explicarle a los niños que la recompensa del esfuerzo es el trabajo, el cambio que ese proceso opera en ellos mismos, no el resultado final. Puedes esforzarte y perder el partido; esforzarte y sacar menos nota que un compañero; esforzarte y que el jurado no valore tu trabajo.... Debemos aceptar y encajar que el resultado no es siempre el esperado; pero que siempre, siempre, el esfuerzo por conseguirlo nos convierte en mejores, nos hace aprender cosas sobre el mundo y sobre nosotros mismos.
Una de las primeras cosas que nos enseñan los pedagogos cuando diseñamos un parque es que los niños aprenden no solo jugando, sino esperando turno. Es imposible que siempre haya columpios para todos. Hace falta aprender a esperar un turno, aprender a levantarse del columpio para dejárselo al que espera, a hacer una fila ordenada para que todos puedan jugar. Y en ese proceso, el niño aprende a convivir con los otros, con sus semejantes, niños que como él querrían tener el columpio para ellos solos, jugar todo el tiempo, no esperar nunca, no caerse jamás... Debemos enseñar a los niños la importancia del "sí" pero también la importancia del "no". Aceptar la negativa, la espera, el cambio de planes, el que otros puedan en un momento dado no querer compartir lo suyo. Una negación no es una jaula, es solo un obstáculo momentáneo, una invitación a probar otro camino. Un "no" no puede convertirse, como por desgracia ha sucedido en esta ocasión, en el fin del mundo.