12 de enero de 2011

Los niños de las Islas Salomón



Por Alexander Mart

[viene de la entrada Niños navegantes]

El tema de los niños navegantes me parece fascinante. Leyendo vuestras historias me han venido a la mente los niños de las lagunas de Roviana y Vonavona, el sistema de lagunas de coral más grande del mundo que se encuentra en la Western Province de las Islas Salomón. He recorrido el mundo entero, he convivido con múltiples culturas pero mi viaje a las Salomón en el año 2002 sigue siendo algo distinto a todo lo demás, y ello por muchísimas razones comenzando quizás por ser el primer lugar del mundo donde no he visto un letrero de coca-cola, ni una bolsa de plástico, o también quizás por ser el lugar donde Álvaro de Mendaña creyó encontrar las minas del rey Salomón… pero sobre todo me sentí fascinado por sus gentes, su cordialidad, su autenticidad, su amistad sin reservas, las sonrisas de los niños… me abrió los ojos para ver el mundo de otra manera.

Mi tarea en las Salomón consistía en elaborar un estudio interdisciplinario (antropología - ciencias del mar, soy antropólogo y buceador) para la Universidad de Santa Bárbara, California, que consistía en hacer un recuento de una serie determinada de especies de peces tanto en arrecifes de coral explotados tradicionalmente por la población autóctona como lugares de pesca como de otros arrecifes no explotados para la pesca y determinar así las diferencias entre las poblaciones de peces de unos y otros.

Debido a ese trabajo me veía obligado a trasladarme constantemente de una isla a otra a lo largo de la laguna de coral. El medio de transporte consistía en una canoa de una pieza hecha a partir del tronco de un árbol y propulsada por remos. Todo hombre en Roviana y Vonavona sabe tallar una canoa y un remo. Los padres les enseñan a sus hijos como hacerlo cuando éstos tienen 4 o 5 años y lo hacen tallándoles una pequeña canoa, de poco más de un metro de largo y un minúsculo remo, durante el proceso los niños participan activamente, mirando con grandes ojos y saltando alegremente.

En mis traslados diarios por la laguna me he encontrado con niños de esa edad navegando en sus pequeñas canoas, pescando al curricán con un sedal atado al dedo gordo del pie mientras remaban alegremente y en una ocasión vi a un niño que no tendría mas de 6 o 7 anos que llevaba en su canoa una barracuda más grande que él que casi no cabía en la canoa.
La imagen de aquellos niños sonrientes navegando por aquellas aguas infestadas de tiburones, cocodrilos de agua salada, serpientes de agua venenosas, por nombrar tan solo algunos de los “peligros” que existen en aquellos mares es algo que me ha dejado profundamente marcado y que ha cambiado completamente mi visión del mundo y sobre todo la forma de educar a mi hijo.

12 comentarios:

  1. Que alegría Alexander.. De alguna manera las Salomón vuelven a hacer que se crucen nuestros caminos.

    Cuando comentabas de esos niños y sus canoas, me he acordado de una foto que colgé no hace mucho en un hilo sobre los pueblos polinesios y el calentamiento global Intentaré recuperarla para subir tu comentario como una entrada dado que tu comentario me parece todo un lujo

    La antropología se me antoja que cada día es una más necesaria, dado que cuanto más complejo es el mundo, más necesitamos de aquellas disciplinas que nos ayuden a entenderlo.

    Me comentaban Francisco Braza, etólogo y uno de los autores que estamos pendientes de editar, tiene mucho interés en que la etología sea más conocida por la sociedad. Creo que la antropología necesita otro tanto. Lo mismo que nos interesan los resultados del uso de las herramientas de la etología para el estudio de grupos humanos, creo que sería muy interesante que colectivos como los arquitectos, urbanistas o diseñadores, aprendieran los rudimentos de la antropología.

    Hablando de niños, me acuerdo de unos libros muy hermosos que ojeaba con mucha ilusión con mi hijo. Se llamaban creo: como funcionan las cosas. Resultaba fascinante ver las tripas de un molino de viento o un ingenio como una locomotora de vapor. De alguna manera necesitamos algo parecido en esa sociedad tan confusa, profusa y difusa, donde hemos sucumbido a la tecnología que nos ha aislado de la realidad y nos ha hecho impedidos o handicapados, dado que sin ella y en medio de ella inmersos en grandes organizaciones, nuestra acción individual y responsabilidad personal, parece que ya no tiene capacidad de acción. Ya no entendemos nada, a fin de cuentas la revolución era desmontar la sociedad para volverla a montar y cada vez sabemos más de menos, hasta que sabemos todo de nada.

    La visión de la antropología para hacer una intervención en el espacio publico, para organizar la vida de las personas, para entendernos como colectivo, creo que es fundamental en los tiempos que corren.

    Muchas gracias nuevamente, por pasarte por aquí. Tenemos que contarte muchas cosas, incluso como puede recuperar el aliento aquella vieja expedición que tenemos en algún lugar guardada con mucho afecto.

    Un abrazo
    Manu

    ResponderEliminar
  2. La antropología tiene el don de contarnos cómo somos, a veces mirando a nuestros congéneres. La etología también, mostrando aspectos que están en nuestra conducta y que obedecen a pautas de carácter diríamos que universal en tanto que seres vivos. Buenos métodos para mirarnos en el espejo. Magnifica aportación, Alex.

    ResponderEliminar
  3. Manu, la alegría y el placer de poder compartir con vosotros este fluir de pensamientos e ideas son míos.
    Como bien dices es muy posible que en el mundo occidental, lleno de tanta tecnología y tan poca naturaleza, nos vendría muy bien un poco más de antropología, para dejar de mirarnos tanto el ombligo y aprender a relativizar un poco más las cosas.
    Creo que soy antropólogo desde pequeño, bueno no sabia que era antropólogo, no conocía la palabra ni mucho menos la definición del término, pero ya de muy pequeño me interesaban enormemente las distintas razas y grupos humanos, me asombraba al saber que unos no comían cerdo, mientras que otros se comían a los perros y que incluso otros comían pescado crudo, también me fascinaba que unos adorasen a un solo dios, otros en cambio a muchos dioses y que incluso para otros todo pudiese ser dios: una piedra, un árbol, un océano o una persona.
    Con el tiempo la antropología me ayudo a darme cuenta de que todo esto es relativo y que todas las decisiones humanas, todas sus creencias y sus leyes son, arbitrarias. Existen leyes universales que son las que rigen la naturaleza y existen leyes humanas que pretenden regirnos a nosotros. Muchas veces las diferencias entre estas leyes son abismales. Yo siempre ante la duda prefiero seguir la ley universal.
    La etología, que estudia el comportamiento de los animales, incluyendo muy acertadamente al ser humano en ese grupo, es una ciencia ancestral. Los hombres del Paleolítico Superior que cubrieron de pinturas las paredes y techos de las cuevas de Altamira eran unos competentes etólogos, sus pinturas de bisontes y caballos, posiblemente sus piezas de caza más codiciadas, demuestran un vasto conocimiento no solo anatómico sino también de costumbres y comportamientos propios de cada especie. Todo el que ha ido alguna vez a cazar o pescar sabe que mientras mejor conozca los hábitos y el comportamiento del animal que va a cazar mas fácil le resultara su captura. La etología forma parte de nuestra conducta más profunda, el problema es que en la sociedad occidental, que como decía antes esta tan llena de tecnología y tan carente de naturaleza, esto se ha perdido y es por ello que tenemos la necesidad de nombrarlo y definirlo y después de celebrarlo como un descubrimiento.

    ResponderEliminar
  4. Sabias palabras, ideas diríamos que elementales pero profundas. Ese camino que apuntas es el que pretendemos seguir en As Salgueiras. Hemos llegado a un punto en la civilización occidental (que es la que impregna el resto de culturas del mundo, a veces en su aspecto más depauperado y sin incluir los avances occidentalesoccidentales, que tambien hay) en que hechos y conceptos obvios, tanto que casi parecen pueriles, han de ser formulados para que se nos abran los ojos, como "biofilia". Recuperar la mirada "pueril", la del niño, y la de otras culturas en que la relación con el entorno se vive de un modo diferente me parece importante.

    ResponderEliminar
  5. Yo tampoco sabía lo que era la etología cuando por afición empecé a tomar notas del comportamiento de mis ocas. Ni siquiera sabía lo que era la antropología cuando conocí a Tadashi Yanai, pero soy hijo de la inmigración, me trasladaron a los seis años de una ciudad moderna y luminosa, a una aldea gallega, sin luz eléctrica dominada por la tradición y la superstición. Aprendí a diferenciar las distintas formas de percepción y descubrí cómo al estudiar una, también aprendemos de la otra, pues en la comparación de sus diferencias nos acercamos un poco más a la comprensión de las dos.


    Alguien dijo que ningún encuentro -aparentemente casual- se debe al azar sino a una cita premeditada y de alguna manera a lo largo de mi vida, estas disciplinas siempre han estado siempre para mis presentes.

    Cuando me enteré hace ya unos cuantos años que estabas muy interesado en la figura de Pedro Sarmiento, me pareció otra coincidencia que acierto a explicar su usamos la metáfora de la radio de un velero. En medio de la mar, en plena noche, sin saberlo te puedes encontrar con otro velero que ni siquiera ves, aunque pase a tu lado, sin embargo otro que está en tu mismo canal y por tanto en la misma frecuencia, aunque esté muy lejos, lo sientes presente como si te acompañara.

    Le pedía a Fran que intentara explicar porque nos interesaba la biofília y también la recuperación de las historias de los navegantes de la antigüedad, convencidos que entre los preciados tesoros que la mar oculta, se encuentran las esforzadas gestas de los hombres que lo surcaron. Decíamos que una explicación podría ser que apreciamos lo que nos es inmediato, aprendemos a valorarlo y a amarlo y con ello promovemos la autoestima de nuestra comunidad.

    Cuando inauguramos un jardín en la pequeña población de Uxes hace veinticinco años, aprovechamos para mejorar el entorno, para recuperar unas viejas historias de gente especializada en recopilar un tipo de planta, también cuidamos el folclore y promovimos el respeto a la naturaleza y los animales. Creemos que eso es lo que hacemos con la iniciativa de la Fundación as Salgueiras. Queremos convencer a la gente de lo importante que es cuidar nuestro entorno. Algunos todavía no se dan cuenta que ello tiene una repercusión inmediata en el valor de sus propiedades, en el desarrollo local y lo que es mucho más importante, en su salud y calidad de vida. Si nos encontramos satisfechos con nuestra herencia cultural, posibilitamos de alguna manera el conforto y el acceso a la felicidad.

    Muchas gracias Alex por tu aportación que creo es muy necesario y válido para nosotros y quizás lo mismo que nos pide Francisco Braza que le ayudemos a divulgar la etología, tú nos puedas ayudar a comprender la importante labor de un antropólogo.


    La visión del antropólogo es una metodología que quisieramos implementar en nuestro trabajo y quizás sería bueno que nos platearamos alguna publicación que tratara esta temática.
    Un abrazo enorme.

    ResponderEliminar
  6. Yo tampoco sabía lo que era la etología cuando por afición empecé a tomar notas del comportamiento de mis ocas. Ni siquiera sabía lo que era la antropología cuando conocí a Tadashi Yanai, pero soy hijo de la inmigración, me trasladaron a los seis años de una ciudad moderna y luminosa, a una aldea gallega, sin luz eléctrica dominada por la tradición y la superstición. Aprendí a diferenciar las distintas formas de percepción y descubrí cómo al estudiar una, también aprendemos de la otra, pues en la comparación de sus diferencias nos acercamos un poco más a la comprensión de las dos.


    Alguien dijo que ningún encuentro -aparentemente casual- se debe al azar sino a una cita premeditada y de alguna manera a lo largo de mi vida, estas disciplinas siempre han estado siempre para mis presentes.

    Cuando me enteré hace ya unos cuantos años que estabas muy interesado en la figura de Pedro Sarmiento, me pareció otra coincidencia que acierto a explicar su usamos la metáfora de la radio de un velero. En medio de la mar, en plena noche, sin saberlo te puedes encontrar con otro velero que ni siquiera ves, aunque pase a tu lado, sin embargo otro que está en tu mismo canal y por tanto en la misma frecuencia, aunque esté muy lejos, lo sientes presente como si te acompañara.

    ResponderEliminar
  7. Le pedía a Fran que intentara explicar porque nos interesaba la biofília y también la recuperación de las historias de los navegantes de la antigüedad, convencidos que entre los preciados tesoros que la mar oculta, se encuentran las esforzadas gestas de los hombres que lo surcaron. Decíamos que una explicación podría ser que apreciamos lo que nos es inmediato, aprendemos a valorarlo y a amarlo y con ello promovemos la autoestima de nuestra comunidad.

    Cuando inauguramos un jardín en la pequeña población de Uxes hace veinticinco años, aprovechamos para mejorar el entorno, para recuperar unas viejas historias de gente especializada en recopilar un tipo de planta, también cuidamos el folclore y promovimos el respeto a la naturaleza y los animales. Creemos que eso es lo que hacemos con la iniciativa de la Fundación as Salgueiras. Queremos convencer a la gente de lo importante que es cuidar nuestro entorno. Algunos todavía no se dan cuenta que ello tiene una repercusión inmediata en el valor de sus propiedades, en el desarrollo local y lo que es mucho más importante, en su salud y calidad de vida. Si nos encontramos satisfechos con nuestra herencia cultural, posibilitamos de alguna manera el conforto y el acceso a la felicidad.

    Muchas gracias Alex por tu aportación que creo es muy necesario y válido para nosotros y quizás lo mismo que nos pide Francisco Braza que le ayudemos a divulgar la etología, tú nos puedas ayudar a comprender la importante labor de un antropólogo.


    La visión del antropólogo es una metodología que quisieramos implementar en nuestro trabajo y quizás sería bueno que nos platearamos alguna publicación que tratara esta temática.
    Un abrazo enorme.

    ResponderEliminar
  8. Francisco Figueroa12 de enero de 2011, 14:44

    Yo creo que en los navegantes españoles del siglo XVI y XVII, incluso XVIII, más allá de un afán de notoriedad y gloria, de hacer fortuna (de hehco no sé de ninguno que la hicera, más bien todo lo contrario, si pensamos en Urdaneta, Sarmiento, Mendaña, Quirós, Mourelle o Malaspina), había algo así como la voluntad de seguir un seueño, el salir en "descubierta" supenía echarse a u mundo desconocido, el del amlio oceano, con muhco riesgo. Había un amor a la búsqueda, y un amor a la vida y a lo desconcido, a nuevas tierras, nuevos animales y plantas. No es extraño que muy a menudo la marinería, pilotos y almirantes se oposiese a los deseos de sangre y fuego de la soldadesca de infantería embarcada en el barco. Tal pasó en los viajes de mendaña. que los soldados quería cometer todo tripo de tropelías y los marineros sellegarona enfrentar a ellos...
    Ese amor a la vida por encima de todo, y a la aventura, puede ser el vínculo que comentamos. Quienes estamos interesados en ambas custions intuimos que están relacionadas.

    ResponderEliminar
  9. La marinería y la soldadesca pensaban de forma distinta porque engrosaban sus filas habitantes de diferentes territorios. La manera de adaptarse al entorno, conformaba su manera de percibir y tamben la manera de enfrentarse a lo desconocido. Resultó así que el territorio en donde se educaron definió la forma de descubrir o conquistar otro territorio.

    Un secarral extremeño define una mentalidad y una cultura diferentes a la que conforma la supervivencia en una montaña.

    La antropología nos desvela la cultura generada por esa adaptación, lo mismo que la etología nos desvela los comportamientos sociales de los animales que tienen por objeto garantizar su supervivencia. En cualquier caso se trata de formas de adaptación al entorno a través del comportamiento innato y de la cultura.

    ResponderEliminar
  10. En los mamíferos superiores, el sentido del espacio es una síntesis de la entrada de datos sensoriales de muchos tipos. Al mismo tiempo, en el hombre, cada uno de ellos es modelado y configurado por la cultura. Cada individuo tiene un modo diferente de sentir el espacio. En la Historia de los estudios de comportamiento espacial humano fue, sin dudas. Edward Hall, quien rompió con las estructuras clásicas al desarrollar la proxémica: “Se entiende por la proxémica a la descripción de las observaciones y teorías interrelacionadas acerca del empleo del espacio por parte del hombre” (Hall, 1988:125)

    ResponderEliminar
  11. Manu, bonita metáfora la de los veleros navegando en la noche. Yo también lo siento así con mis amigos, la gente que ha jugado y juega un papel importante en mi vida como lo sois Fran y tu. Yo tampoco creo en las coincidencias, no hay encuentros fortuitos.

    Antropológicamente hablando la figura del marinero y mas concretamente la de los antiguos navegantes es muy interesante, son ellos quienes al volver a casa después de sus largas y penosas derrotas, cuentan mil historias sobre los lugares que han visitado y las gentes que han conocido, en la mente de los que les escuchan empiezan a aparecer imágenes de seres increíbles que habitan tierras fantásticas. Estos antiguos navegantes son a mi modo de ver los primeros antropólogos de la historia. Teniendo quizás a Ulises con su Odisea como su precursor y seguido por Cristóbal Colon y todos los demás navegantes españoles de los siglos XVI y XVII.

    La figura del antiguo navegante siempre ha ejercido una tremenda fascinación sobre mi. Por su arrojo, su desapego, por esa necesidad de salir a la mar en busca de aventuras. Siempre quise ser como ellos, un nómada de los océanos, oteando el horizonte con el corazón agitado a la espera del grito “tierra a la vista”. Y de alguna manera mi vida ha sido siempre así: con los ojos abiertos a la búsqueda del próximo desafío.

    Seria hermoso poder volver a retomar colectivamente aquel proyecto nuestro que tanto nos hizo sonar.

    Contadme todas vuestras ideas y planes y si estáis interesados en realizar algún tipo de publicación sobre algún tema de antropología contad conmigo.

    Un fuerte abrazo.

    ResponderEliminar
  12. Una precisión, el gran navegante Quirós en realidad era portugués, y se une al importante cúmulo de grandes navegantes de ese país hermano, aunque fue con España (y cabe decir que español de vocación además de portugués, de no haberse sentido así no se habría preocupado tanto por la suerte de las expediciones españolas y escribir tantos memoriales, en plena miseria, al pusilánime rey Felipe III) con quien navegó; es un ejemplo de la estupidez que suponen las fronteras, y que los navegantes son los primeros en no reconocer. También lo es de esa fértil ósmosis de navegantes de un pási que alcanzaron renombre en el otro, y viceversa, entre los marineros de barcos españoles no eran raros algunos portugueses, y lo mismo en barcos portugueses donde algunos españoles también encontraron hueco, en especial gallegos. También en el mando, entre los más conocidos, Juan da Nova, Magallanes (después de tener que salvar la vida perseguido por Almeida, se refugió en España), o Martín Fernández de Figueroa.

    ResponderEliminar

Deja tu comentario en As Salgueiras