Concello de Ourense. Auditorio Municipal. 17, 18 y 19 febrero 2011
Ourense constituye ya un lugar de referencia para la jardinería y el paisajismo gracias a las jornadas, auténtico foro ibérico del paisaje, que viene organizando su Ayuntamiento y Concellería de Medio Ambiente, y que este año llegan a su séptima edición, toda una andadura consolidada.
Por Francisco Figueroa
Bajo la dirección de Carlos Javier Cárcamo y con un Comité Científico integrado por un equipo destacado de expertos, año tras año vienen participando un buen número de ponentes de Galicia, del resto de España, Portugal, así como otros países. Cada año se basa en un tema relevante en torno al cual gravitan las ponencias, mesas redondas y muestras.
Si en las últimas ediciones se han tocado temas como Los Espacios Verdes Recreativos, en
Las Xornadas vienen prestando una atención especial al arte en relación con el jardín, con la naturaleza y el paisaje, una muestra más de que estas jornadas de jardinería están a la altura del discurso más actual en torno a lo que supone el jardín y la arquitectura del paisaje, como iniciativas que se realizan en Suiza, Francia, los Países Bajos o Alemania. Este año se presenta
También se presenta Instantes de Paisaje, de la cuarta edición (2010) del Festival internacional Audiovisual que organiza el también destacable Centro de Arte y Naturaleza (CDAN) de
A lo largo de las diferentes ediciones de las Xornadas de Xardinería uno de los hilos argumentales es el trabajo en el ámbito atlántico bajo el epígrafe Atlántico emergente. También se observa un acentuado interés en temas de sostenibilidad y de la relación entre el paisajismo y la sociedad, aspectos comprometidos que constituyen seña de identidad de
Una iniciativa excelente por parte del Ayuntamiento de Ourense, que merece todo el reconocimiento y apoyo.
La inscripción es gratuita por medio de un formulario descargable en la web municipal.
He entrado en el programa y parece muy meritorio. Bonita la imagen con las Lágrimas de amor, creo que une muy bien con la tradición gallega de jardines románticos y me recuerda el mundo de los trovadores y las cantigas de amigo.
ResponderEliminarVeo que en las jornadas se hablará del anillo verde de Milán. Si no recuerdo mal, la administración de capital financiera de Italia empezó a rodear la ciudad de pequeños bosques y parques naturales. Y ha cundido el ejemplo en toda la región de Lombardía. El propósito era mejorar las condiciones medioambientales y la calidad de vida de la población urbana de Milán. He leído que para el 2015, cuando se celebre en la ciudad la Exposición Universal, la región tiene proyectado crear 10.000 hectáreas de bosques.
ResponderEliminarPara tod@s l@s interesad@s en el paisajísmo y la jardinería, estas jornadas son un referente.
ResponderEliminarEl éxito está garantizado, cada edición nos sorprenden con nuevas e interesantes propuestas, enfoques y temas de reflexión al tiempo que se eleva listón. Tanto el comité científico como su director e institución patrocinadora, se merecen todo el reconocimiento y apoyo.
Lo que no capto es lo de “la idea de que estamos ante una revisión de lo que ya conocemos pero de alguna manera queremos cambiar”. ¿Qué es lo que quieren cambiar?
ResponderEliminarMadrid es la segunda ciudad del mundo con más árboles en la calle. Sin embargo su nivel de contaminación supera de largo lo admitido por las directivas de la UE. Me temo que no hay cinturón verde que pueda paliar la plaga del tráfico.
ResponderEliminarTuve la ocasión de conocer a Carlos en la feria de Ecoemprendedores celebrada el pasado otoño en Ourense. Me impresionó cuando nos explicaba a Macario y a mí todo su bagaje en el mundo del paisajismo. Pero más me impresionó la clase d persona que es!! Le envío un afectuoso saludo a este crack del paisajismo.
ResponderEliminarAl, la mejor respuesta yo creo que nos la darán en las Xornadas.
ResponderEliminarPor mi parte considero que se han de replantear los modos y justificaciones, el sentido del paisajismo en este momento, desde hechos como el arbolado de alineación en las ciudades (que en muchos casos se podría calificar de arbolado de "alienación" haciendo un juego de palabras...) y su tratamiento, al sentido de los parques públicos, donde hay factores importantes a considerar en el momento presente, desde su potencial para la redefinicón urbanística y mejora del planeamiento (el caso aludido de Milán, experiencias en elaboración en el extrarradio madrileño, etc), los parques como lugares de experimentación creativa (Lausanne Jardins en Suiza, otras muestras en el Loire...) cara a la ciudadanía, el papel terapéutico de los parques, jardines y la naturaleza...
Creo que plataformas de muestra y de reflexión como estas Xornadas, como los Cursos en Huesca o como la Biennal Europea del Paisatge en Barcelona, o el gran trabajo del Observatori del Paisatge, desde Cataluña, son muy necesarios. Espero que el Observatorio del Paisaje que se ha de poner en marcha en Galicia también haga un buen papel en este sentido.
Refiriéndonos a la biofilia y al cultivo de plantas, recordemos que los autores de la época clásica consideraban la agricultura como una parte de la economía. Es el caso, por ejemplo, de Jenofonte en su Económico. La Roma clásica tuvo una enorme consideración por la agricultura, como muestran también los escritos de Columela y Varrón. Pero además de valorar al agricultor desde el punto de vista productivo —con una importancia semejante a la que podía tener un soldado—, era muy común que los senadores y patricios cultivasen un huerto propio.
ResponderEliminarPor alguna razón, que bien pudiera ser la biofilia, en Roma se apreciaba la horticultura más allá de su aspecto productivo. Ya entonces, la relación con el mundo vegetal proporcionaba al ser humano cierto bienestar.
Los franceses presumen de que su Revolución en el XVIII, hizo accesibles los jardines al pueblo llano. Pero en España empezaron a hacerse jardines públicos para todos, nobles y gente corriente, desde el siglo XVI. No nos hizo falta ninguna revolución, pero seguimos mirando a Francia con complejo de inferioridad.
ResponderEliminarCreo que estás en lo cierto, Occam. El gaditano Columela, hispanoromano como su amigo Séneca, tuvo grandes latifundios aquí y fue el primer gran tratadista sobre agricultura y jardinería en lo que hoy es España, y de los mayores de toda la época clásica, con sus "De Re Rustica" y "Liber de Arboribus". En época romana el trabajo en el hortus dignificaba a su propietario y era una de las actividades a la que se daba valor, se comenta que algunas de las variedades frutales posteriores podrían proceder de entonces (difícil de saber...). Con todo, aunque posiblemente lo intuyeran, no poseían aún un concepto tan sofisticado como el de "paisaje", como constructo estético, al que en Occidente habrá que esperar hasta prácticamente avanzado el Renacimiento para que se formulase como tal.
ResponderEliminarEntre tanto, en los monasterios medievales, el trabajo en el huerto/jardín ("hortus" venía a designar ambas facetas) también era algo muy considerado, en diversos aspectos (incluido el complemento a la labor espiritual), creo que ya entonces tenían claro los eruditos monacales que ese trabajo, y el contacto con las plantas, tenía efectos positivos en el cuerpo y la psique.
Recu, tienes razón, pero eso podemos llevarlo más atrás, a la época hispano musulmana; algunos jardines eran privados, como en las Almounias, las villas de recreo en el campo, pero ya en Córdoba, Medina Azahara, y luego en Granada hubo jardines de uso para todos, y también como parte del aparato político. Se puede rastrear su eco en algunos de los poemas de El collar de la Paloma, de Ibn Hazm y otras obras, casi se entrevería una actitud protopaisajista por esa valoración estética. Una de los grandes tesoros culturales de nuestro pasado es la obra de ese gran conjunto de autores de la denominada Escuela agronómica Andalusí, del Emirato, Califato, Taifas y el reino Nazarí, con su indudable influencia posterior en la jardinería española del Renacimiento, Barroco, Neoclásicismo (menos) y Romanticismo. En Al Andalus creo que también eran conscientes de lo que nos aporta la naturaleza, y los jardines en particular, no hay más que pasear por el Generalife o La Alhambra (mejor con poca afluencia turística) para darse cuenta.
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