1 de diciembre de 2010

Águilas a la caza del Alzheimer




(en El Correo Digital)

«No todos los días se ve un águila volando por los pasillos de una residencia de ancianos. Aunque parezca increíble, hay un centro en Vizcaya que ha empezado a usar aves rapaces en sus programas de estimulación cognitiva. La idea es valerse de la Naturaleza como terapia para obtener beneficios emocionales en personas que sufren Alzheimer u otro tipo de demencias asociadas a la edad...»+

4 comentarios:

  1. Qué extraño. En la noticia dice que la psicóloga del centro sostiene que la experiencia «carece de base científica», pero al mismo tiempo añade que es «un complemento necesariamente unido a otras terapias».
    Un complemento 'necesario' a las terapias ¿cómo puede carecer de base científica? Parece que en España —no sé en otros países— estamos bastante verdes en la práctica y el estudio de terapias asistidas por animales. No me explico como un psicólogo prescribe algo a un paciente pensando que no tiene base científica. O la Psicología como ciencia tiene un estatus precario o esa psicóloga no se aclara mucho.

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  2. Bueno, la psicóloga no parece referirse a la necesidad de los animales, sino a la necesidad de las otras terapias, que serán las habituales. Los animales serían un complemento, solo un complemento al resto de terapias. Lo que sí llama la atención es que ese complemento no tenga un respaldo científico.

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  3. Creo que resulta evidente que esta actividad es solo una parte de una terapia que tiene unos objetivos concretos y una metodología.

    Los resultados de las terapias asistidas por animales no se sabe exactamente a que se deben, pero el hecho cierto es que son positivos en muchos casos.

    Cuando consulté sobre la veracidad de los testimonios de los familiares de enfermos de alzehimer que participan en actividades con burros, me dieron una posible explicación al fenómeno. Al parecer el Alzheimer se ceba en la degradación del hipotálamo y en sus proximidades se aloja la zona del cerebro que se activa con las emociones y con el apego. Quizás al estimular esta zona se beneficia también el funcionamiento del hipotálamo. El caso es que los familiares expresan sorprendidos que a pesar de no acordarse de nada, tienen muy buena memoria cuando toca: “ir a los burros”. La actividad que hacen los pacientes es una gincana sencilla, con series numeradas o códigos de colores llevando por un ramal un burro manso. El ejercicio no conlleva nada especial, aparentemente a la otra punta del ramal, podríamos poner un burro de cartón o un cochecito de plástico… pero solo funciona con los burros que se limitan a seguir a los enfermos.

    ¿será la biofília la explicación?

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  4. Sí que tienen base científica, hay bastantes estudios sobre los efectos terapéuticos del contacto con los animales. Y efectivamente desde la biofilia de puede entender las terapias asistidas con animales, como las hipoterapias que se relizan en As Salguiras, o este ejemplo de Vizcaya. Incluso ya se menciona en uno de los textos fundamentales de la biofilia, el libro "La Hipótesis de la Biofilia", coordinado por Stephen R. Kellert y Edward O. Wilson y en que participan personas de gran altura científica como el psicólogo ambiental Roger Ulrich, http://books.google.es/books?id=oMzqiX3IH-UC&printsec=frontcover&source=gbs_ge_summary_r&cad=0#v=onepage&q&f=false

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