1 de enero de 2011

2011: Año Internacional de los Bosques



Por Francisco Figueroa

Termina el Año Internacional de la Biodiversidad, concepto acuñado (al igual que el de Biofilia) por Edward Wilson, en este caso junto a Walter Rosen existiendo precedentes conceptuales como el de Elliot Norse, a mediados de los años 80 y que prontamente hizo fortuna, si bien la denominación “diversidad biológica” ya estaba en uso bastantes décadas antes, de hecho era un concepto fundamental en Ecología, y ahora tema candente ante la disminución de las exiguas poblaciones de un buen número de especies en peligro de extinción, agravada por el cambio climático y, sobre todo, la pérdida de hábitat, que se encuentran entre las líneas de trabajo del Convenio sobre la Diversidad Biológica, de las Naciones Unidas, y de donde surgió la Cumbre de Río, sus epígonos y la proclamación del 2010 como año dedicado a la cuestión.

Comienza el Año Internacional de los Bosques, que en realidad está muy relacionado con el anterior: los bosques son cobijo de un buen número de especies, y por ello uno de los factores clave a considerar en cuanto a la Biodiversidad. Es conocida la creciente desaparición de bosques primigenios por buena parte del planeta, especialmente en países en vías de desarrollo, sobre todo en África, Sureste Asiático y Amazonía, pero también se ven gravemente amenazados los de Siberia, zonas de Canadá o Chile. En Europa cabe decir que gran parte de los bosques que conocemos son el resultado de una larga intervención desde hace mucho tiempo, que comenzaría ya con el Neolítico y avanzaría aceleradamente desde la Edad Media. Buena de parte de ellos caen para la elaboración de pasta de papel y para la demanda de madera, sobre todo de países ricos.

Pero otra buena parte, cada vez mayor, se corta para establecer pastos para el ganado, para el cultivo de alimentos o incluso de plantas para producción de combustibles. Entre las mayores preocupaciones se encuentra la desaparición de bosques primigenios y secundarios de especies autóctonas para, una vez vendida la madera, establecer plantaciones intensivas de especies foráneas (árbol del caucho en Indonesia y Malasia, acacia en Indochina, eucalipto en múltiples lugares), que interesadamente se pretenden hacer pasar por bosques, pero que no son más que monocultivos carentes de biodiversidad, el denominado “desierto verde”. Puede que algunos de esos cultivos estén justificados ante la demanda de madera y celulosa, pero un bosque no es un conjunto de árboles alineados cuya competencia por otras plantas se elimina para una producción eficiente. Un bosque es un complejo sistema vivo y biodiverso en que participan tanto árboles como muchos otros seres vivos: arbustos, matorrales, herbáceas, todo tipo de plantas, hongos, bacterias, y los animales que lo habitan y participan en sus procesos, formando una comunidad viva y dinámica, y en algunos caso cabría incluir a las comunidades humanas que interaccionan. En ellos se incluyen muchos elementos y organismos no deseables en los monocultivos forestales. Los bosques son cruciales para la regulación del clima, las precipitaciones atmosféricas, el ciclo del agua, y también para las comunidades que se asientan en ellos, en sus inmediaciones, o incluso a distancia, tanto para su economía como para su salud, esparcimiento y disfrute. No es lo mismo una carballeda o un souto de castaños, por hablar de un sistema intermedio y sostenible, que un eucaliptal. Este año habrá que estar atentos para no confundir bosques con monocultivos de árboles.

7 comentarios:

  1. En las pasadas elecciones un partido se comprometía a plantar millones de árboles en España. Me pregunto si serían monocultivos de esos o bosques auténticos.

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  2. Buena pregunta, ya ha calado hace tiempo el mensaje de que los que hay que plantar son árboles autóctonos, y mejor si son varias especies de las asociaciones vegetales propias del lugar, que así se complementan, el resultado es más biodiverso y juntas crean una dinámica en que se benefician mutuamente.
    Los mensajes políticos grandilocuentes suelen ser bastante demagógicos y poco creíbles, en éste como en otros muchos aspectos que no intentan colar diariamente.
    Por ejemplo, un plan aparentemente magnífico, reforestando con especies autóctonas, en plena montaña, proyecto de futuro parque nacional que ya nace desvirtuado; bien, en el plan de reforestación y regeneración paisajístia se incorporan un conjunto impecable de especies que han de ser autóctonas, incluidos serbales de cazadores, etc, pero claro, la política de turno quiere sacarse la foto y la rentabilidad en perido electoral al inaugurar y exige que los árboles sean grandes. El caso es que no se producen serbales de tanto tamaño en nigún lugar de España, así que, a pesar del pliego técnico no les quedará mucha altenrativa a las empresas ganadores de la licitación, consecuencia: es fácil que lo que acabe plantando sean serbales traidos de viveros de jardinería de Holanda o Italia, con lo además de contravenir del todo la estricta legislación autonómica, nacional y europea, sería un caso grave de erosión genética de las escasas poblaciones existentes en la zona, y protegidas... es decir, sería mejor no plantarlos, porque se causaría un daño genético irreparable. Conozco bien el caso porque hace meses estuve preparando la licitación.

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  3. Francisco Figueroa2 de enero de 2011, 11:59

    Voviendo a la biodiversidad, una breve e interesante entrevista con Edward O. Wilson en la web de la UNESCO, en que se resumen las causas de la desaparición de especies, lo que en inglés se denomina HIPPO: destruction del Hábitat, especies Invasivas, Polución, superPoblación humana y sobrexplotación de los recursos pesqueros y caza.
    http://www.unesco.org/new/es/media-services/single-view/news/edward_o_wilson_the_loss_of_biodiversity_is_a_tragedy

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  4. Hola.
    Enhorabuena por el artículo. Hace falta escribir mucho sobre este tema, que se difunda y no crezca la confusión.
    Solo me gustaría comentar una cosita. Cuando dices: "Un bosque es un complejo sistema vivo..." queda por nombrar el suelo. Sin suelo no hay nada. El suelo no solo es el soporte que pisamos y donde están las raíces, es también algo vivo con sus microorganismos, hongos y bichitos, y también con sus ciclos biogeoquímicos, con sus nutrientes, su estructura y dinamismo. El suelo es el gran olvidado (y si nos pusiésemos extremistas, diríamos que es lo más importante).
    Saludos y seguid con vuestros escritos. Muchas gracias.

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  5. No me gusta hablar de política, pero hace tres años visité Donosti en coche. Viaje por carretera siguiendo la costa Catábrica. Del Oriente Asturiano a Francia casi no vi un solo eucaliptal. Al contrario todo eran árboles (bajo mi poco conocimiento) autóctonos. Por qué!? No todo el trayecto era Parque Nacional. No todo eran Picos de Europa. En el Pais Vasco esto era especialmente llamativo! En aquel entonces solo se me ocurrió pensar en políticos menos malos. Alguien tiene una explicación!!??

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  6. Francisco Figueroa3 de enero de 2011, 11:01

    Merche, tienes toda la razón en lo que dices; en la entrada, esos factores del suelo para mí ya estban implícitos en todo lo que decía, pero es muy conveniente el explicitarlos, porque precisamente la dinámica del suelo y todos los organismos y factores que en ella participan son cruciales para la existencia de los boques, desde aquellos organismos que comienzan a degradar la madera y la materia muerta a los hongos que siguen descomponiendo, o las msimas micorrizas y asociaciones simbióticas que permiten a los árboles extraer los nutrientes. Y el suelo en los "cultivos" de árboles es bien diferente al de un bosque estable, empezando por las agresiones físicas que se realizan al establecer las plantaciones, los pesticidas que se añaden (en algunos casos), y la carencia de un ciclo adecuado de nutrientes que retornen al suelo, que se explota hasta degradarlo (como en los eucaliptales)

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  7. Francisco Figueroa3 de enero de 2011, 11:12

    Ser, interesante la baloración que haces, pues están aludiendo al paisaje, que es uno de nuestros grandes valores culturales y naturales, e incluso valorable económicamente como bien común, y que se está viendo degradado a rimo vertiginoso (urbanizaciones por doquier, impactos como las cortas a mata rasa precisamente en cultivos arbóreos, infraestructuras etc)lo de los eucaliptos. Eucaliptales hay también en buena cantidad en Cantabría, al menos en algunas zonas (y detrás la larga mano de la gran empresa que presiona para que sea así, contaminado la ría del Saja-Besaya, etc, vamos, parecido a lo que ocrurre en Galicia), y tal vez en el País Vasco algo menos. Pero por contra allí los cultivos masivos son de pino insigne, norteamericano, otra especie con un turno rápido de aprovechamiento que también tiene sus problemas y que últimamente se ve afectada por un hongo patógeno. Volviendo al paisaje, hace un par de años se legisló en Galicia la creación de un Observatorio del Paisaje, que debería servir para poner en valor los magníficos paisajes gallegos, estudiarlos y establecer criterios, un poco al modo del Observatori del paisatge que ya funciona en Cataluña y que está haciendo un gran trabajo teórico, de investigación y de influencia en las políticas, del que debería tomar buena nota el estado central. Esperemos que la puesta en marcha efectiva del gallego no se demore, hace mucha falta.

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